Por Maria Josefina Arce
Confusos y asombrados andan los brasileños por estos días, ante la irresponsable actitud del presidente Jair Bolsonaro, quien siguiendo los pasos de su admirado homologo norteamericano, Donald Trump, ha calificado a la COVID 19 como una simple gripe que pronto pasará.
Preocupación han causado las declaraciones de Bolsonaro, que evidencian una total ignorancia sobre el riesgo que significa para la vida de todos la enfermedad provocada por el nuevo coronavirus, causante de decenas de miles de muertos en el mundo.
Para el jefe de estado el aislamiento social, como aconseja la Organización Mundial de la Salud para evitar la propagación de la COVID 19, perjudica la economía, una preocupación que comparte con Trump, quien ha dejado bien claro que su mayor interés está en los capitales y no en la vida humana.
El presidente brasileño incluso, ha cuestionado la cuarentena adoptada por las autoridades del estado de Sao Paulo, la región mas golpeada por la enfermedad, y para rematar ha caminado sin protección por las calles y participado en actos públicos.
La conducta del presidente ha sido fuertemente criticada por los brasileños, quienes desde hace días hacen sonar ollas y sartenes en sus casas en rechazo a la campaña gubernamental "Brasil no puede parar".
Por demás, un magistrado del Supremo Tribunal Federal envió a la Fiscalía General un pedido para suspender de su cargo a Bolsonaro durante 180 días por haber cometido diversas acciones que pusieron al país en riesgo ante la emergencia sanitaria del COVID 19.
La denuncia fue presentada por Reginaldo Lopes , diputado del Partido de los Trabajadores por el estado de Minas Gerais, quien ha considerado que las acciones del presidente pueden favorecer la propagación del virus.
La Fiscalía deberá evaluar el pedido y, si determina que existen méritos para una investigación, se deberá notificar al Parlamento, dada la inmunidad de que está revestido Bolsonaro por su alto cargo.
No es este el primer pronunciamiento judicial sobre la actitud del presidente, que no so!o preocupa a los brasileños, sino también a las naciones vecinas. El presidente de Argentina, Alberto Fernández, estimó que la estrategia de su homólogo brasileño puede desatar una espiral de contagios y oscurecer el panorama regional.
La realidad es que Bolsonaro copia en todo a Trump, sin tener en cuenta la gravedad de la actual situación que vive el mundo y como el presidente estadounidense piensa más en la economía que en la salud de sus ciudadanos.
