Por: Mafia Josefina Arce
El panorama existente a nivel mundial es bien complejo. La COVID 19 ha llevado a una considerable disminución del comercio internacional, lo que pone en peligro a millones de personas ante la reducción de los alimentos disponibles.
La FAO, Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, ha señalado que son tiempos de solidaridad y de actuar responsablemente, por eso la respuesta a la enfermedad causada por el nuevo coronavirus no puede llevar a un agravamiento del hambre y la malnutrición.
De ahí que el enfrentamiento a la COVID 19 es para Cuba no solo la protección de la salud de sus ciudadanos, con el reforzamiento de la vigilancia epidemiológica y la atención médica requerida, sino también garantizar su alimentación, pues la seguridad alimentaria de cada cubano ha sido siempre una prioridad del gobierno.
Un objetivo que ahora exige un mayor esfuerzo, ya que a la difícil situación internacional existente se suma para la Mayor de las Antillas el bloqueo económico, comercial y financiero en el que Estados Unidos persiste aún en tiempos de pandemia y que ya ha impedido el ingreso al país de suministros médicos.
Y aunque se mantienen abiertos los puertos para el arribo de productos, las autoridades han llamado a incrementar la producción de alimentos, aprovechando al máximo todas nuestras fortalezas, un esfuerzo que cuenta con el apoyo y compresión de los campesinos, cooperativas y trabajadores en general.
En tiempos de pandemia se priorizan los cultivos de primera necesidad como el arroz, frijoles y viandas para reducir las importaciones, una meta en la que el gobierno viene trabajando desde mucho antes de esta excepcional situación.
Las autoridades han exhortado a una mayor utilización de materia orgánica y de bioproductos de factura nacional, en sustitución de plaguicidas que no llegarán del exterior.
También se recurre a la agricultura urbana, suburbana y familiar, con años de experiencia en Cuba y que ha tenido el reconocimiento de organismos internacionales como la FAO por sus logros y su gran impacto social.
La industria también está llamada a cumplir con su papel en estos tiempos. Se busca incrementar la producción de conservas, de azúcar y de los derivados que sirven de alimento animal para contar con una mayor masa ganadera.
Cuba no descuida ningún frente esencial para garantizar la salud y seguridad de sus ciudadanos, ante la emergencia sanitaria mundial provocada por la COVID 19, por lo que, aunque con mayores obstáculos, continúa adelante con su programa alimentario.