Ignorar a Bolsonaro

Editado por Maite González Martínez
2020-04-17 07:30:35

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Imagen ilustrativa, foto archivo.

Por: Roberto Morejón

El hasta hace poco ministro brasileño de Salud, Luiz Henrique Mandetta, dejó abruptamente el cargo al ser destituido por el ultraderechista presidente, Jair Bolsonaro, por tratar de convencer a su jefe del peligro de la pandemia del coronavirus.

Si bien la contingencia parece irrefutable para los entendidos y parte de la Humanidad, el negacionista Bolsonaro discrepa y considera al SARS-cov-2 un mal menor.

Coincidente casi al calco con su ídolo, el presidente estadounidense Donald Trump, ambos han sido capaces de oponerse a sabios y consejeros, al minimizar el alcance de una enfermedad que azota al planeta.

El mismo ex capitán del ejército capaz de negar los efectos del cambio climático y fomentar la explotación de la Amazonía, rivalizó con gobernadores de su país y con el titular de Salud, a causa del coronavirus.

El muy popular Mandetta gracias a su firmeza contra el agente transmisor de un cruel padecimiento va a la calle por oponerse al errático primer mandatario.

Este último defendió un regreso de los obreros menores de 40 años a sus empleos, porque ---dijo--- la economía debe reactivarse, la pandemia es solo un invento de “la élite liberal” y los trabajadores informales deben seguir bregando duro.

No le importa que sus compatriotas se expongan al contagio.

El oscuro ex legislador despidió a Mandetta en circunstancias críticas para el gigante sudamericano.

Allí reportaron más de mil 700 fallecidos y cerca de 30 mil 400 casos, sin llegar al pico, pronosticado en 30 días.

No debe extrañar entonces que las posiciones de Bolsonaro tengan apenas 33 por ciento de aprobación, en contraste con 76 por ciento de respaldo a las de Mandetta.

Así premian los ciudadanos a quien imagina que sus compatriotas son resistentes a la pandemia porque pueden sumergirse en aguas residuales y “no agarran nada”.

Esa insensatez con tintes de desprecio hacia los más vulnerables retrata a un estadista capaz de desdeñar a los gobernadores favorables al distanciamiento social, porque ellos ---dijo-- inflan las cifras de enfermos por motivos políticos.

Bolsonaro dividió al país en dos grupos, uno mayoritario pendiente del cuidado de la salud y otro afincado en el mercado, simplemente por su miedo a ser coligado con la recesión pronosticada, y a una improbable reelección en 2022.

No por casualidad, figuras del congreso, grupos mediáticos, organizaciones sociales y el líder del Supremo Tribunal Federal solicitaron a los brasileños ignorar a su presidente.



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