Por Maria Josefina Arce
Ni aún en medio de la emergencia sanitaria mundial ante la COVID 19 se detiene en Cuba el Programa Materno Infantil. De hecho se presta una mayor atención a la mujer embarazada, por ser uno de los sectores poblacionales vulnerables.
El Ministerio de Salud Publica garantiza a todas las gestantes el seguimiento pre natal como está establecido en el país, reconocido a nivel internacional por haber contribuido con este programa a alcanzar indicadores que se encuentran por encima de naciones del primer mundo.
Esta iniciativa permite el seguimiento a las embarazadas consideradas de alto riesgo y la efectiva implementación de la genética medica. A las gestantes mayores de 35 años se le realizan de manera gratuita pruebas en busca de malformaciones genéticas.
De acuerdo con la doctora Noemis Doris Causa, directora de este programa, se estiman en 21 MIL 402 las mujeres con fecha de parto hasta el mes de julio, por lo que se han extremado las medidas de protección.
En los nueve meses de embarazo las féminas acuden a diez consultas, las cuales se mantienen e incluso, de ser necesario ante un elevado riesgo por distintas causas, estas se incrementan en frecuencia y se les garantiza que sean vistas por especialistas.
Los 132 hogares maternos existentes en la Mayor de las Antillas, donde se concentran las pacientes de mayor riesgo, siguen funcionando y mantienen todas sus actividades en beneficio de las gestantes.
El presidente cubano, Miguel Díaz Canel, ha manifestado que la futura madre con riesgo de cualquier tipo tiene que estar en el Hogar Materno y con una atención diferenciada. Por supuesto que se han reforzado las medidas de prevención en estos lugares para evitar posibles contagios con la enfermedad causada por el nuevo coronavirus, al tiempo que se garantizan los alimentos a las instituciones del Programa Materno Infantil.
Sin dudas este programa, nacido por iniciativa del líder histórico de la revolución cubana, Fidel Castro, es uno de los tantos logros de nuestro sistema de salud, pues gracias a su implementación Cuba se inscribe entre las naciones con una baja tasa de mortalidad infantil y fue, además, declarado en 2015 como el primer país del mundo en eliminar la transmisión del VIH-SIDA y la sífilis de madre a hijo.