Por Maria Josefina Arce.
Cuando a finales de 2019 la derecha boliviana retornó al poder, tras orquestar un golpe de estado contra el presidente Evo Morales, reelegido en las urnas en los comicios de octubre, comenzó a desmantelar los programas sociales en favor de los sectores más vulnerables implementados por el hasta entonces gubernamental MAS, Movimiento al Socialismo.
El acceso a la salud fue uno de los primeros derechos violentado. El retiro de los médicos cubanos de la nación andina por la campaña en su contra , llevó a que los bolivianos vieran afectado su acceso a la atención sanitaria gratuita y de calidad.
El panorama se ha tornado más complejo por la presencia ahora en territorio boliviano de la COVID 19. Los profesionales del sector han cuestionado la gestión de las autoridades de facto, las que han mentido sobre la verdadera situación de la infraestructura hospitalaria, que no cuenta con los insumos necesarios ante una enfermedad de rápido contagio.
Sin embargo, el gobierno rechazó la solicitud de algunos sectores de pedir ayuda a Cuba, que había manifestado su disposición de contribuir con personal especializado y el medicamento Interferón Alfa 2B, empleado exitosamente junto a otros fármacos en el combate a la COVID 19.
Bolivia es una de las naciones que menos pruebas de diagnóstico de la enfermedad realiza lo que impide saber con certeza la magnitud del contagio y evitar de esa forma su propagación. El gobierno de facto admitió que solo se estaban efectuando diariamente un promedio de poco más de 50 de estos análisis.
El propio ministro de salud, Marcelo Navajas, reconoció la falta de capacidad para aumentar estos tipos de exámenes tan necesarios para detectar los focos de infección y poner coto a las expansión de la dolencia.
Los trabajadores de la salud tampoco cuentan con los elementos de protección necesarios, los cuales en muchos casos tienen que ser adquiridos a titulo personal pues las autoridades sanitarias no se los garantizan.
Asimismo aunque se ha implementado la cuarentena general no se realiza el pesquisaje permanente, ni el aislamiento de los contactos de los enfermos, un paso imprescindible para cortar la cadena de contagios.
Bolivia tiene hoy unos mil casos confirmados de la COVID 19, de acuerdo con las cifras oficiales, y aunque el panorama se sigue complicando el gobierno de facto pierde su tiempo en la persecución política contra los seguidores del MAS y del ex presidente Evo Morales por miedo a perder el poder que obtuvieron de manera ilegal..