Por: Guillermo Alvarado
Por lo menos 50,8 millones de personas fueron desplazadas de su lugar de origen y viven como exiliados en su propio país a causa de fenómenos naturales, guerras e inseguridad y son un grupo muy vulnerable ante el avance de la pandemia de Covid-19.
Así lo reveló el Observatorio de las Situaciones de Desplazamiento Interno, IDMC, que advirtió sobre los enormes peligros que amenazan a estas personas que por lo regular reciben poca ayuda internacional y viven en lugares insalubres, hacinados y con escasos alimentos.
Sucede que los desplazados internos no están amparados por el Estatuto de Refugiados de 1951, porque no cruzaron la frontera de su país y no cuentan, entonces, con organismos responsabilizados con ellos.
Eso a pesar de que son casi el doble que los 25,9 millones de refugiados reconocidos por organismos de la ONU.
Supuestamente son sus respectivos gobiernos los que tienen la obligación de atender sus necesidades, pero esto casi nunca ocurre así, ya sea por razones políticas, por irresponsabilidad o porque se trata de países muy pobres sin condiciones para encargarse de esta tarea.
Durante muchos años hubo incluso dificultades para conocer su número exacto debido a las deficiencias en su conteo, algo que ha mejorado en tiempos recientes gracias a la labor de voluntarios que trabajan con organizaciones humanitarias.
El informe presentado por el IDCM precisa que los desplazados están en casi todos los continentes y que en 2019 la cifra alcanzó su marca histórica debido a numerosos fenómenos naturales.
Huracanes, tormentas, inundaciones y terremotos causaron que el año pasado se movilizaran casi 25 millones de personas en sitios como Bahamas, India, Filipinas, Bangladesh y el África Austral.
A ellos se suman los ocasionados por la guerra en Yemen, Siria, República Democrática del Congo, Etiopía, Burkina Faso y Mali, entre otros.
El experto Vicente Anzellini dijo que en muchos casos los desplazados son los más pobres entre los pobres, carecen de servicios básicos, entre ellos los de la salud, y la irrupción del nuevo coronavirus los dejará aún más desamparados.
Son problemas que nuestra especie ha venido acumulando durante años sin prestarles mayor atención, y que ahora podrían desembocar en una tragedia que se gesta fuera de los focos de la gran prensa mundial, una muestra de lo que debemos cambiar, si acaso tenemos oportunidad de hacerlo.