Por: Guillermo Alvarado
El 1ro de Mayo, Día Internacional de los Trabajadores, ocurre este año en medio de circunstancias peculiares y nuevas preocupaciones para los miembros del sector laboral, debido a la pandemia de Covid-19 que está destruyendo millones de empleos en todo el mundo.
Cuba, como siempre, es un referente para nuestra región y aunque no hubo el colorido de las masivas marchas que caracterizan la fecha, en cada casa se entonó el himno nacional y se aplaudió a quienes combaten el SARS-CoV-2.
En todo el archipiélago se multiplicó la alegría de quienes con sus esfuerzos contribuyen al desarrollo del país, así como la tranquilidad de saberse protegidos aún en medio de las dramáticas circunstancias de la actualidad.
Muy distinto es lo que ocurre en otros lugares de la región y el planeta. La Organización Internacional del Trabajo, OIT, advirtió recientemente que hasta la mitad de la fuerza laboral mundial, es decir mil 500 millones de personas podrían perder sus puestos este año debido a la Covid-19.
De acuerdo con la entidad hay 232 millones de empresas de comercio, sean grandes, medianas y pequeñas, además de 111 millones del turismo; 51 millones de la rama hotelera y 42 millones de otros sectores que están en grave peligro de bancarrota por la abrupta contracción de la demanda.
Peor les va a los trabajadores informales que están viendo cómo, por las medidas necesarias para contener la enfermedad, pierden sus fuentes de subsistencia. La OIT advirtió que los ingresos de este sector disminuyeron en 60 por ciento en todo el mundo, la mayor parte en África y América Latina.
El director general del organismo, Vinicios Pinheiro, declaró a la prensa que estamos ante una destrucción masiva de empleos, lo que significa un desafío sin precedentes para el mercado laboral de Latinoamérica y El Caribe.
Si bien el impacto es generalizado y afecta también a las grandes potencias, como Estados Unidos donde se perdieron unos 30 millones de puestos por la pandemia, los daños son mucho más graves en los países menos desarrollados.
Fuera de Cuba y otras excepciones, el 1 de Mayo es tradicionalmente una fecha de lucha contra los abusos de los empresarios y la indiferencia cómplice de los gobiernos.
Hoy el silencio pobló las calles por donde otrora marchaban sindicalistas, empleados, campesinos, amas de casa y gente sin trabajo para exigir sus derechos más elementales. No obstante, todos comprenden que a estos tiempos difíciles se les avecinan otros más duros, que sólo podrán enfrentarse con unidad, inteligencia y coraje, porque como dice el repetido eslogan, para millones de trabajadores en el mundo el 1ro de Mayo no es un día de fiesta, es jornada de protesta.
