Por Maria Josefina Arce.
La gestión del gobierno de Uruguay frente a la COVID 19 tampoco ha estado exenta de criticas y desacuerdos del personal de la salud y la sociedad en general. La pauta seguida por el gabinete del derechista Luis Alberto Lacalle Pou es la de algunos de sus vecinos en la región de potenciar mas la economía que la vida.
Los profesionales de la salud han cuestionado la realización de pocas pruebas de diagnóstico de la enfermedad causada por el nuevo coronavirus y se han manifestado por estrictas medidas preventivas y una cuarentena general, una disposición que el gobierno rechaza pues prefiere exhortar al distanciamiento social.
Sin embargo, el propio presidente, al estilo de su homologo brasileño, Jair Bolsonaro, sale a la calle y dialoga con la prensa sin mascarilla, da apretones de mano y se toca la cara, en contra de las orientaciones dadas por las autoridades sanitarias mundiales para no contagiarse y evitar la propagación.
Con los sindicatos también ha tenido sus discrepancias, por su intención de incentivar las actividades productivas. Los trabajadores han solicitado medios de protección ante la presencia de la dolencia en la nación sudamericana.
Sin embargo, muchos de los comercios del centro de Montevídeo, la capital, abrieron sus puertas y gran parte de los uruguayos comienzan a retomar sus actividades, mientras las autoridades hablan ya de una normalidad distinta.
Muchos advierten que la premura por retomar la cotidianeidad podría echar por tierra los logros de quince años de gobierno del izquierdista Frente Amplio, que dejo un país en mejores condiciones económicas y sociales.
El Frente dejó una amplia red de protección social y bajos índices de pobreza y desempleo. El sistema sanitario fue una de las ramas que también recibió un notable impulso y fue objeto de una amplia reforma estructural que posibilitó la cobertura y acceso universal de toda la población.
Bajo el mandato del Frente se logró la más baja tasa de mortalidad infantil de su historia, con un 6,6 por ciento por cada MIL nacidos vivos, más de 77 MIL ciudadanos fueron operados de manera gratuita en el llamado Hospital de ojos, al tiempo que se estimuló el asentamiento de médicos en las zonas rurales.
Lacalle Pou llevaba pocos días como presidente cuando el COVID 19 llegó a Uruguay que en materia de salud, como en otros índices, está mejor preparado que muchos de sus vecinos al promover el Frente políticas de estado a favor de los más vulnerables. Quince años de buen gobierno dejaron una nación con grandes fortalezas que ahora se enfrenta al reto de vencer la enfermedad sin retroceder en sus avances.