Por: Roberto Morejón
La administración de Donald Trump incluyó a Cuba en una unilateral lista de países que, según su politizada visión, no cooperan con los esfuerzos antiterroristas, aunque Estados Unidos omite condenar un hecho criminal cometido contra un edificio oficial de la nación antillana.
Más de dos meses después de que el sujeto de origen cubano Alexander Alazo tiroteara la embajada cubana en Washington, el gobierno de
Y esa exclusión intencionada ocurre cuando la actual administración insiste en endosarle con rapidez el calificativo terrorista a los países que no se someten a sus designios.
Si bien la policía de Washington actuó con premura al recibir la notificación sobre la acometida violenta, después ningún funcionario gubernamental abordó el asunto.
No importó que el agresor pusiera en peligro la vida de civiles, en lo que atinadamente se interpreta como una acción inspirada en el clima beligerante creado por grupos contrarrevolucionarios en
A esa atmósfera virulenta contribuyen altos representantes del gobierno estadounidense que apelan a injurias y provocaciones contra
Debe recordarse que el presidente Donald Trump recrudeció el bloqueo contra Cuba, al implementar 90 medidas en un año, la mayoría enfiladas hacia su economía.
Los atropellos pueden inculcar a los exaltados que tienen luz verde, amparados en la facilidad de armarse en Estados Unidos.
Tampoco medios de prensa habituados a secundar las ofensivas anticubanas fustigaron la operación criminal frente a la embajada.
Por el contrario, exhibieron al detenido como afectado por antecedentes psiquiátricos, una argucia para “suavizar” su proceder.
Por ese camino tratan de que la opinión pública olvide que las administraciones de la nación norteña han utilizado el terrorismo de Estado como herramienta, y Cuba figuró como blanco.
Pero el gobierno revolucionario alerta al mundo sobre la premeditada ausencia de una condena a la balacera contra su representación en Washington.
Diplomáticos cubanos intervinieron en
Frente al silencio, nada más oportuno que la denuncia enérgica porque grupos violentos pueden sentirse espoleados a repetir ese tipo de ataques.