Sistema revolucionario de salud en Cuba cumplió con reclamos de Fidel en 1953

Editado por Maite González Martínez
2020-07-13 08:54:23

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Por: Roberto Morejón

Sesenta y siete años atrás, el joven abogado Fidel Castro exponía un cuadro sombrío del sistema de salud en Cuba y abogaba por cambios trascendentales que, al triunfar la Revolución, comenzaron a aplicarse hasta conformar un sistema eficiente y gratuito.

En su alegato conocido como La historia me absolverá, el líder de los insurrectos que asaltaron los cuarteles Moncada, de Santiago de Cuba, y Carlos Manuel de Céspedes, de Bayamo, estremeció al régimen de Fulgencio Batista.

El orador enumeró la dramática realidad de Cuba en todos los órdenes, entre ellos el de la salud.

Denunció la mortalidad infantil superior a 60 niños fallecidos por cada mil nacidos vivos, la esperanza de vida sin rebasar los 55 años de edad y cómo 90 por ciento de los infantes campesinos sufrían parasitismo.

Después de culminada exitosamente la rebelión de los barbudos de la Sierra Maestra, el sistema nacional de salud comenzó a tomar cuerpo.

La estrategia transitó por etapas, la primera de ellas calificar nuevos médicos ante el éxodo de casi la mitad de los existentes.

Si bien el bloqueo de Estados Unidos afectó todos los emprendimientos, el sistema nacional de salud prosigue su desarrollo y atiende insuficiencias y dificultades.

El sector sigue financiado por el presupuesto estatal, el que asigna como promedio anual casi 10 por ciento del Producto Interno Bruto.

Con esa cobertura y el talento, dedicación y humanismo del personal, Cuba dispuso un robusto mecanismo de atención desde el consultorio del médico de la familia hasta los hospitales.

Por esa razón Cuba exhibe hoy una esperanza de vida de 78 años y figura en la lista de naciones más saludables por su enfoque de atención preventiva.

Ese principio lo aplican celosamente más de 95 mil médicos, o sea, 9 por cada mil habitantes, suficientes para atender los requerimientos internos y colaborar con otros pueblos.  

Aun en medio del azote de la pandemia por la COVID-19, el presupuesto estatal conservó como primacías el respaldo a la salud pública y la producción agroalimentaria.

La oportuna estrategia nacional, la consagración de los trabajadores de la salud con el apoyo de la ciencia y el aporte disciplinado de la población contribuyeron al control de la COVID-19.

Por logros como los señalados desafiaron los jóvenes de la Generación del Centenario del natalicio de José Martí el poder militar muy superior de la dictadura de Batista.



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