Por: Roberto Morejón

Las demostraciones recientes en Chile a favor de un proyecto de ley, finalmente aprobado en la Cámara de Diputados, para el retiro anticipado de parte de los fondos de pensiones, subrayan el malestar contra el modelo neoliberal heredado de la dictadura.

El repiqueteo sobre cacerolas regresó a Chile en recordación de las agitadas jornadas de protestas iniciadas en octubre de 2019, ante las desigualdades e injusticias.

Esta vez, los chilenos apoyaron, en desafío al confinamiento por la COVID-19 , el proyecto de reforma constitucional encaminado a permitir a la ciudadanía retirar anticipadamente, por única vez, 10 por ciento de su acumulado de pensiones.

La Cámara de Diputados escuchó las voces que requerían disponer de esos montos y aprobó el borrador.

El texto pasará al Senado en medio de la expectativa de chilenos agobiados por una crisis latente desde antes de la pandemia.

Sin embargo, el desenlace legislativo NO ahogó las exigencias de que el gobierno desmonte el sistema de pensiones, que depara retribuciones irrisorias.

“No más AFP”, fue un lema exclamado en las urbes del país austral, en referencia a las Administradoras de Fondos de Pensiones.

Se trata de empresas privadas comisionadas para la gestión de los capitales depositados para la cobertura de los jubilados.

El esquema respondió a la iniciativa mesiánica de Augusto Pinochet y la derecha lo aupó.    

Tanta ha sido la irritación de la ciudadanía que el conservador presidente chileno, Sebastián Piñera, anunció reformas del sistema.  

Si bien la pandemia, con 320 mil contagiados y más de 7 mil fallecidos, obligó a una tregua en el tratamiento de las pensiones, la crisis acumulada en los bolsillos ha llevado a los chilenos a desafiar el distanciamiento social y la represión.

Los medios de prensa derechistas trataron de criminalizar las recientes demostraciones con cacerolas, pero el ardid es demasiado gastado como para desmoralizar a los participantes.

En medio del declive de su aceptación pública, el conservador Jefe de Estado de Chile parece sitiado.

Mucho más cuando acaba de sufrir un revés al aprobarse el proyecto para el retiro anticipado de parte de los fondos de pensiones, a cuya iniciativa se sumaron varios legisladores derechistas.

Mientras, en las calles la gente enciende hogueras, como si quisiera incinerar el injusto modelo que los abruma.