Por: Roberto Morejón
El rebrote de Covid-19 en dos provincias cubanas moviliza al país, también a los jóvenes, aunque segmentos de población de esa edad aún deben elevar la percepción de riesgo.
Como en un período anterior, jóvenes convocados por organizaciones estudiantiles de Cuba contribuyen al amparo de personas vulnerables.
Como se recuerda, en los primeros meses de la pandemia decenas de miles de alumnos universitarios, esencialmente de Ciencias Médicas, participaron decisivamente en pesquisas comunitarias.
Otros estudiantes y trabajadores de edad bisoña resguardaron la organización del transporte público en escenarios singulares, por el imprescindible distanciamiento social.
NO obstante, muchos adolescentes y jóvenes cubanos deben colaborar aún más con los esfuerzos de las autoridades por elevar la disciplina y actuar con más responsabilidad en el acatamiento de regulaciones ineludibles, porque salvan vidas.
La Organización Mundial de la Salud combate atinadamente el mito sobre una supuesta inmunidad natural de las nuevas generaciones ante el desafío del SARS-Cov-2.
Expertos destacan que los jóvenes también deben incluirse en grupos de riesgo de contraer el nuevo coronavirus.
Aunque al contagiarse presenten síntomas leves, podrían pasar tiempo en hospitales y quedar con secuelas.
Además, mientras son portadores, asintomáticos o NO, pueden infectar a padres, tíos y abuelos.
Son mensajes encaminados a oídos receptivos en todos los países y Cuba NO es la excepción.
Las autoridades de la nación caribeña confían en que el sistema de salud logrará revertir la compleja situación actual, con el cumplimiento de la población de las normas correspondientes a cada etapa de la pandemia.
Cuando sea viable pasar a la recuperación, como en La Habana , los ciudadanos, sin olvidar los jóvenes, deben recordar que mientras NO exista vacuna la vida nocturna tendrá que moderarse.
Igualmente la asistencia a playas y polos recreativos se acompañará de orden estricto, uso de medios de protección y distanciamiento físico porque, desafortunadamente, la COVID-19 llegó para quedarse por tiempo prolongado.
Los habitantes de este planeta, y los cubanos, por supuesto, deben asumir que el desconfinamiento gradual al lograrse progresos contra la pandemia, NO equivale al regreso a la normalidad como estaba concebida antes de 2020.