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Por: Guillermo Alvarado
Existen en el mundo muros conocidos por su valor histórico, religioso o simbólico, como la Muralla China, los restos del que levantó Adriano para separar a los “bárbaros” de Roma, el de las Lamentaciones en Jerusalén, y se suma ahora el de “las mentiras”, entre Estados Unidos y México.
Se trata de una barda comenzada a edificar por administraciones anteriores, pero a la que el presidente Donald Trump prometió dar un carácter definitivo para poner fin al cruce de migrantes indocumentados del sur al norte.
Además, durante su campaña presidencial de cara a los comicios de 2016 dijo que haría a México pagar el costo de la edificación, con lo que arrancó aplausos entre la derecha supremacista y de algún residente confundido.
Las dos promesas de campaña quedaron incumplidas, pues de los más de tres mil kilómetros que tiene de largo la línea divisoria, se tapiaron unos 400, por los que el vecino país latinoamericano no desembolsó un centavo.
Eso sí, se han acumulado varias falsedades y no pocos negocios sucios en torno al citado muro, por lo que bien debe pasar a la historia como el de las mentiras.
Aquí van un par de ejemplos para ilustrar esta idea. A finales de 2018 la Casa Blanca, angustiada por la falta de recursos para continuar la obra, difundió que en el último año fiscal el número de presuntos terroristas que pretendieron pasar de México a Estados Unidos subió a cuatro mil.
Sobre este dato exigió que se asignara un presupuesto inmediato para levantar la valla porque se trataba de un asunto de seguridad nacional.
No obstante, en enero de 2019 la cadena NBC News revisó las cifras y comprobó que solo ocurrieron SEIS casos de sospechosos de pertenecer a alguna organización extremista detenidos en la frontera con México.
En agosto reciente estalló otro escándalo vinculado con la obra. Fueron detenidos por fraude el ex asesor de Trump, Steve Bannon, y el fundador del grupo “Nosotros construimos el muro”, Brian Kolfage, acusados de apropiarse de millones de dólares recaudados para ayudar a financiar la barda.
De Bannon ya hablé en otras ocasiones, así que ahora veremos quién es Kolfage. Según el diario El País que, como se sabe, es un medio español de rancia derecha, se trata de un veterano de guerra que perdió ambas piernas y un brazo en Irak y quien en 2017 comenzó a recolectar dinero.
Por cada 100 dólares recibidos, su organización compraría un ladrillo para el muro con el nombre del donante grabado. Más tarde anunció que comenzaron los trabajos en dos puntos, uno en Nuevo México y el otro en Texas, pero resulta que ninguno de los dos existe y el dinero se movió, con la ayuda de Bannon, hacia otras cuentas.
En el paraíso de los negocios parece que todo se vale y queda ahora averiguar qué tanto supo Trump de las maniobras de estos “patriotas” amigos suyos.