The leader of the Cuban Revolution, Fidel Castro, addresses the UN General Assembly for the first time September 26, 1960.
Por María Josefina Arce.
Grandes verdades dijo al mundo hace sesenta años un joven abogado y líder de una naciente Revolución. El discurso de Fidel Castro en la ONU conmovió a los presentes por su valentía, claridad y la fuerte denuncia.
En su primera intervención ante el organismo Internacional. Fidel, entonces primer ministro de Cuba, mencionó los males que aquejaban a la humanidad y que hoy se mantienen.
Sus palabras nos traen a la actualidad, a un mundo que no ha logrado dejar atrás egoísmos y su filosofía del despojo, como acertadamente señalara el líder de la revolución cubana.
Con su clara visión política, se refirió a la carrera armamentista, un peligro sobre el que alertara en reiteradas ocasiones a lo largo de los años y que todavía en pleno siglo XXI se cierne sobre la humanidad, que ve amenazada su existencia.
Desde entonces Fidel dejaría claro que con lo que el mundo gasta en armamentos se podría promover el desarrollo de todas las naciones pobres, despojadas de sus recursos naturales durante siglos de colonización.
Pero la carrera armamentista ha seguido con Estados Unidos a la cabeza. Un informe del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo, revela que el pasado año el gasto militar creció un 3,6, alcanzando los 1,9 billones de dólares, según la notación europea, donde 1 billón es igual a un millón de millones.
Fidel denunció asimismo la hostilidad contra Cuba de Estados Unidos, mantenida a lo largo de seis décadas por las sucesivas administraciones estadounidenses.
Una denuncia que se escucha cada año en la ONU y que acompaña la gran mayoría de las Naciones miembros, cuando se inicia un nuevo periodo de sesiones o se lleva a votación el informe cubano sobre la necesidad de poner fin al genocida bloqueo estadounidense contra el pueblo cubano.
En su memorable intervención, detalló cuál sería el accionar de Cuba en el plano internacional. La nación caribeña, afirmó, estará con todas las nobles aspiraciones de los pueblos, contra la colonización, explotación, militarismo y la carrera armamentista.
Esa ha sido la política exterior cubana, que ha defendido en cada foro internacional a los más pobres y humildes, pero que además con su posición solidaria ha contribuido de manera modesta a que tengan acceso a derechos humanos esenciales como la salud y la educación, uno de los legados de Fidel Castro para la humanidad.