Presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Foto: Archivo/RHC.
Por: Guillermo Alvarado
Si algo le hacía falta a la actual contienda por la presidencia en Estados Unidos para confirmarse como la más insólita, enredada y difícil en la historia moderna de ese país, era el contagio con la covid-19 de Donald Trump, quien pugna por mantenerse cuatro años más en la Casa Blanca.
A prácticamente un mes de las votaciones, cuando también se renovará la Cámara de Representantes y un tercio del Senado, parecía haberse visto todo, pero las sorpresas siguen reproduciéndose como hongos de primavera.
La enfermedad de Trump ha desatado una gran incertidumbre sobre lo que podría ocurrir si el caso se torna grave, pero también sobre la veracidad misma de que el gobernante haya sido alcanzado por el SARS-CoV-2.
Personalmente no creo que sea una mentira difundida para ganar sufragios por la vía de la piedad o la lástima. No está en la personalidad del presidente imponerse apelando a la compasión, sino a la fuerza y la desmesura.
Si hay algo que odia una persona con un ego tan grande, es justamente dar una imagen de debilidad, por las razones que sean. No es ese su tipo.
Además, sería una mentira muy cara en términos políticos porque a cinco semanas y un día de los comicios se está perdiendo actos de campaña que para él son preciosos e irrecuperables.
El caso es que desde el anuncio en las primeras horas del viernes de que Trump y su esposa dieron positivos a la covid-19 han llegado muchas señales contradictorias sobre su real situación.
Las versiones oficiales dicen que el magnate va bien de salud, pero al mismo tiempo informan que se le aplicó un cóctel experimental que en otros casos ha dado resultados alentadores, pero no concluyentes.
Si está bien, ¿por qué darle un tratamiento experimental?
Una fuente anónima, que después fue identificada por The New York Times como Mark Meadows, jefe del Gabinete, dijo que los signos vitales del presidente han sido preocupantes de sábado para domingo y que los dos días siguientes, es decir hoy y mañana, serán clave.
Las cadenas ABC y CNN afirmaron que Trump recibió oxígeno suplementario el viernes, antes de ser trasladado a un hospital.
Como se puede ver, hay un juego de versiones donde resulta muy difícil establecer lo que está ocurriendo en verdad.
Lo cierto es que de la peor manera posible el jefe de la Casa Blanca está descubriendo la tremenda irresponsabilidad de minimizar una pandemia peligrosa, así como de negar la importancia de los medios individuales de protección, como el uso de la mascarilla y mantener la distancia social.
Primera sorpresa de octubre. ¿Cuál será la próxima?