Abusadas y expulsadas

Editado por Maite González Martínez
2020-11-13 08:00:19

Pinterest
Telegram
Linkedin
WhatsApp

En Georgia, Estados Unidos, ya deportaron a seis mujeres que denunciaron maltratos de un ginecólogo. Imagen / La Voz.

Por: Guillermo Alvarado

Las autoridades migratorias de Estados Unidos comenzaron a deportar a las mujeres que denunciaron haber sufrido abusos médicos, incluidas cirugías y tratamientos para esterilizarlas, mientras estaban en un centro de detención temporal ubicado en Georgia.

Hasta ahora el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas, ICE por sus siglas en inglés, envió de retorno a su país a seis de las féminas y al menos otras siete recibieron la notificación de que serán expulsadas pronto.

Las retenidas se quejaron contra un médico que las habría sometido sin su autorización a la extirpación del útero y ovarios, o les prescribió medicamentos para eliminar la posibilidad de engendrar.

El gobierno de México presentó una solicitud formal de información sobre este asunto a su par de Estados Unidos y se sabe que la secretaría de Relaciones Exteriores del país latinoamericano entrevistó a varias de las migrantes.

El médico, identificado como Mahendra Amin, negó los hechos, pero datos recabados por abogados y la agencia de noticias estadounidense Associated Press y divulgados por el periódico mexicano La Jornada, parecieran confirmar los reclamos de ese grupo de mujeres.

Las deportaciones de las denunciantes tendrían como objetivo alejar a testigos de una injusticia, de cuyas salpicaduras difícilmente escaparía el ICE.

Pero representaría, asimismo, una doble ignominia contra las féminas, cuya presencia en los centros de detención migratoria de Estados Unidos obedece en la mayor parte de los casos a que en su país también fueron víctimas de abusos y prácticamente expulsadas por las condiciones de vida que sufrían.

De acuerdo con la investigadora Susanne Willers la migración es una de las formas en que las mujeres escapan a la violencia, ya sea económica, social o familiar que padecen en su lugar de origen.

Las mismas razones que las empujan a viajar en condiciones peligrosas, se agravan durante el trayecto, en particular por territorio mexicano, donde suelen ser víctimas de bandas criminales, narcotraficantes, extorsionistas o del tráfico de personas, a veces coludidas con autoridades locales.

Señala Willers que las pocas de ellas que logran alcanzar su objetivo y cruzan la frontera con Estados Unidos, no corren mejor suerte en ese país donde son capturadas y tratadas como delincuentes y sus derechos humanos pisoteados sin el menor miramiento.

Tal es el caso de lo ocurrido en el centro de retención de Irwin, Georgia, donde hay mujeres que están sufriendo por segunda ocasión la misma desgracia: abusadas y expulsadas.        FIN  



Comentarios


Deja un comentario
Todos los campos son requeridos
No será publicado
captcha challenge
up