Por María Josefina Arce

Diciembre de 2020 puede marcar la tan necesaria diferencia en el Mercado Común del Sur. En el próximo mes asumirá la presidencia pro tempore del bloque Argentina, que con un nuevo gobierno ha expresado su compromiso con la integración de América Latina.

Recientemente el jefe de estado argentino, Alberto Fernández,  subrayó la necesidad de una región absolutamente integrada para lograr el desafío de construir un mundo más equilibrado.

En los últimos años el MERCOSUR ha sido utilizado por la derecha para ataques contra naciones miembros con gobiernos progresistas.

La usurpación en 2016 de la presidencia de Brasil por el golpista Michel Temer y la llegada al poder un año antes de Mauricio Macri en Argentina marcaron un cambio en el accionar del bloque regional.

Venezuela y su Revolución Bolivariana se convirtieron en el centro de las agresiones. De hecho en 2016 al país suramericano se le privó de ocupar la presidencia pro tempore del mecanismo, que le correspondía de acuerdo con la rotación.

Un año después se concretaría la suspensión de Caracas, en una nueva agresión desarrollada por Paraguay, Argentina y Brasil,  escudados en el pretexto de una supuesta ruptura del orden democrático.

Mercosur cambió y centró sus intereses en un acercamiento a la Unión Europea y a la Alianza del Pacífico, surgida en 2011 y calificada por muchos como un plan para socavar a Unasur, Unión de Naciones Sudamericanas, nacida por iniciativa del fallecido presidente venezolano, Hugo Chávez.

En aras de avanzar hacia esa necesaria integración, que busca el desarrollo y el bienestar de los pueblos, Argentina promoverá la incorporación plena de Bolivia, que hoy también cuenta con un gobierno comprometido con la unidad latinoamericana.

Desde 2012, bajo el mandato del ex presidente Evo Morales, gestiona Bolivia su ingreso como miembro al MERCOSUR. En la actualidad solo falta que el Congreso de Brasil firme el Protocolo de Adhesión, que ya fue ratificado por el resto de los países que lo integran Paraguay, Uruguay y Argentina.

Con la presidencia pro tempore de Argentina a partir de diciembre se abren nuevas perspectivas para el Mercado Común del Sur, un mecanismo desvirtuado por la derecha y sus intereses y que en opinión de muchos atraviesa no solo por una crisis sanitaria, sino también política y existencial.