El doble refugio de la vivienda

Editado por Maite González Martínez
2020-11-27 07:00:02

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Por: Roberto Morejón

Si el avance de la pandemia por el nuevo coronavirus acarrea justificada incertidumbre, también lo provoca el desasosiego de las familias en el mundo, expuestas al desalojo de la vivienda por la crisis derivada de la enfermedad.

Hay un trance sanitario y social en todas las latitudes asociado a la debacle de la economía, con la pérdida de empleos y el escollo al pagar la renta.

Leilani Farha, Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre el Derecho a una Vivienda digna, instó a todos los gobiernos a adoptar disposiciones apremiantes, a fin de evitar que millones de personas pierdan su hogar.

“La vivienda se ha convertido en la primera línea de defensa en contra del coronavirus”, apuntó atinadamente la funcionaria.

La ONU resaltó las buenas prácticas de algunos Estados al implementar moratorias de los desahucios por demoras en el pago de arriendos e hipotecas de individuos contagiados por el virus SARS-COV-2.

El gobierno estadounidense prohibió los desalojos hasta 2021, al menos de los inquilinos que demuestren impedimentos para abonar alquileres y el peligro de quedarse en la calle.

La decisión de la Casa Blanca estuvo presionada por las críticas a la pésima gestión de salud del magnate republicano.

Mientras en Alemania también imponían moratoria a la aplicación de tan nefastas decisiones, en España el problema ganaba virulencia.

Con más de un millón 617 mil casos de coronavirus y cerca de 44 mil 400 decesos hay temor a los desalojos.

España arrancó 2020 con casi 10 mil diarios, aunque el gobierno aprobó al comienzo de la pandemia un decreto para frenarlos en situaciones provocadas por la desestabilización sanitaria y económica.

Sin embargo, la prescripción carece de capacidad para paralizar todas las exclusiones y según informó la Plataforma de Afectados por la Hipoteca , de España, tales actos extremos escalaron en las últimas semanas hasta 70 diarios.

Una luz de esperanza nació cuando el gobierno anunció la próxima aprobación de otro decreto para frenar las expulsiones.  

Hablamos de un infortunio global que compromete la suerte de millones de personas.

Deberían ser escuchados los llamados de la ONU al incremento en el mundo de las moratorias en invierno de los desahucios perentorios y a mejorar los refugios para desamparados.

La casa no es solo un techo sino una barrera contra el virus.



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