El Gobierno de Argentina firmó un acuerdo con la FAO para avanzar en políticas de seguridad alimentaria

Por María Josefina Arce

En 2019 concluyó su mandato como presidente Mauricio Macri, y dejó una Argentina donde se habían multiplicado los pobres y los hambrientos.

En cuatro años se había elevado a niveles insospechados la miseria de los argentinos. El país suramericano registró una devaluación del peso de hasta 25 por ciento, una inflación cercana al 55 por ciento, mientras la producción no logró remontar los indicadores negativos y el desempleo llegó a más de 10 por ciento.

En una nación considerada como una de las principales productoras de alimentos, los ciudadanos vieron elevarse constantemente el precio de la canasta básica, un aumento de casi 90 por ciento, lo que llevó a que muchos no tuvieran una alimentación digna.

Durante el gobierno de CAMBIEMOS la pobreza llegó al 40 por ciento y la indigencia, que mide a quienes no logran comprar los alimentos básicos, ascendió a  casi ocho por ciento.

El retorno a territorio argentino del FMI, Fondo Monetario Internacional, con sus consabidas recetas de ajuste empeoraron el panorama para buena parte de la población.

Con este desafío se encontró Alberto Fernández cuando en diciembre de 2019 asumió las riendas del país. Una situación que vino a complicarse con la llegada de la COVID 19 que paralizó la economía mundial.

El mandatario consideró la falta de acceso a los alimentos como uno de los principales problemas de los argentinos y de inmediato puso en marcha el Plan Argentina contra el hambre.

El gobierno unió sus esfuerzos con la FAO, Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, y ya en febrero pasado se empezó a coordinar la estrategia a seguir.

En esa ocasión Fernández se reunió con el director general de la FAO, Qu Dongyu, con quién acordó que un equipo técnico del organismo dialogara con el Ministerio de Desarrollo Social, encargado de la iniciativa gubernamental.

Han sido meses de colaboración que se han consolidado con el Memorando de Entendimiento suscrito entre las dos partes en los últimos días y que busca avanzar en la seguridad alimentaria.

Fernández destacó el apoyo de la FAO y subrayó que la asociación con la agencia de la ONU puede contribuir en gran medida a que Argentina desarrolle las condiciones necesarias para garantizar el acceso de todos los argentinos a una adecuada alimentación.

Aunque la enfermedad causada por el nuevo coronavirus ha sido otro reto para el gobierno de Alberto Fernández, no se descuidan importantes problemas con los que se encontró hace un año. Se trabaja para que Argentina retome la senda del desarrollo socioeconómico, interrumpida durante el mandato de Macri, y que cada ciudadano cuente y vuelva a estar protegido, sobre todo los más vulnerables.