Foto: Archivo/RHC.
Por: María Josefina Arce
Una estrepitosa derrota es el resultado de las elecciones municipales para el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, quien vio cómo casi la totalidad de los candidatos que apoyó se quedaron en el camino.
La segunda ronda de los comicios, efectuada el domingo último, mantuvo la tendencia de la primera vuelta del pasado día 15, en que comenzaron las preocupaciones para el mandatario.
La atención de la jornada estuvo centrada en grandes e importantes ciudades como Sao Paulo, Rio de Janeiro y Fortaleza, en las que Bolsonaro vio esfumarse sus aspiraciones de que se impusieran sus aliados.
Fuerte fue la derrota en Río de Janeiro, su feudo político, y donde su apadrinado perdió por casi 30 puntos, mientras que en Sao Paulo su candidato quedó en cuarto lugar.
Solo dos de los 13 candidatos que respondían al presidente lograron ganar. Uno se impuso en Vitoria, en el sureste, y el otro en Río Branco, en el norte del gigante suramericano.
Los analistas recordaron que aunque estos comicios, en los que se designan a alcaldes, vicealcaldes y concejales de los 5567 municipios, están marcados por intereses locales, suelen funcionar como un termómetro de la política del país.
El mensaje es claro, los brasileños no están contentos con el desempeño del gobierno que encabeza el controvertido Bolsonaro. Los continuos desaciertos en casi todos los frentes le pasaron factura en las urnas.
Uno de los aspectos más polémico ha sido su gestión frente a la COVID 19, que ya reporta en el país más de seis millones de contagiados, mientras los fallecidos rebasan la cifra de 172 MIL.
Desde andar sin mascarilla, sabotear las medidas de distanciamiento social, promover medicamentos no probados y sembrar dudas sobre las vacunas ha sido el accionar del presidente, quien ha mantenido fuertes diferencias con el Congreso, gobernadores y algunos de sus ministros.
Tampoco ha sido bien vista su postura sobre el medio ambiente y su lenta respuesta ante los incendios que el pasado año azotaron a la Amazonia, que se empeña en entregar a los intereses mineros y agrícolas, en detrimento de los pueblos indígenas que la habitan.
Aunque intentó minimizar los resultados contrarios a sus aspiraciones, lo cierto es que Bolsonaro salió muy mal parado en las elecciones municipales. Los brasileños dejaron claro su malestar con el desempeño del ultraderechista presidente.