Por María Josefina Arce
En peligro está el futuro de América Latina. Sus niños y jóvenes viven hoy una complicada situación por la COVID 19, el incremento de fenómenos naturales y la falta en muchas naciones de políticas a favor de los sectores más vulnerables.
UNICEF, Fondo de la ONU para la Infancia, estimó que la región es hoy más peligrosa que hace un año para ese segmento poblacional.
La agencia hizo un pedido, sin precedentes, de 500 millones de dólares para brindar ayuda el próximo año a más de 11 millones de niños y adolescentes.
El impacto de la pandemia ha empujado a millones de familias y a sus hijos a la miseria. De hecho la CEPAL, Comisión Económica de la ONU para América Latina y el Caribe, considera que el número de personas en la pobreza aumentará a más de 45 millones.
Las medidas de confinamiento, necesarias para evitar la propagación de la enfermedad causada por el nuevo coronavirus, dieron al traste con muchos puestos laborales y el trabajo informal, fuente de sustento de incontables personas en el área.
Por demás, antes de la COVID 19 organismos internacionales señalaban que la región no podría alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030, hambre cero. Ahora el panorama es más sombrío, la dolencia ha impactado duramente en la seguridad alimentaria.
La ocurrencia de intensos fenómenos meteorológicos como los huracanes Eta e Iota, que en noviembre pasado arrasaron Centroamérica han venido a complicar la situación provocada por la COVID 19.
A la incierta situación económica que ha provocado la COVID 19 y los desastres naturales se suma que el porcentaje de infantes que no reciben ninguna forma de educación en la región se ha disparado del cuatro al 18 por ciento en los últimos meses. Una realidad que afecta en mayor grado a niños migrantes, con discapacidad y de comunidades indígenas.
La modalidad virtual puesta en marcha por muchas instituciones no está al alcance de todos, una evidencia más de las desigualdades sociales imperantes en América Latina.
La ONU estima que además tres millones de menores podrían abandonar el sistema educativo a causa de las dificultades económicas que atraviesan sus hogares y que los obliga a trabajar desde tempranas edades
Niños y jóvenes de América Latina ven hoy peligrar su futuro. Se enfrentan al hecho de tener pocas opciones para mejorar sus condiciones de vida y salir de la miseria.