Por: Roberto Morejón
Con muchos esfuerzos, el prestigio, la abnegación y las habilidades de los médicos cubanos se han abierto paso en el mundo, a pesar de la perfidia de los integrantes de la administración del expresidente Donald Trump.
Una personalidad de relieve regional y mundial como el presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, reconoció recientemente el papel de los profesionales cubanos de la salud tanto en su país como en África.
El primer mandatario sudafricano dijo estar dispuesto junto a su gabinete a proponer al Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastre y Graves Epidemias Henry Reeve de Cuba para el Premio Nobel de la Paz de este año.
Su iniciativa se une a decenas de pronunciamientos similares de organizaciones sociales, políticas, comunitarias, autoridades locales y otras fuerzas, promotoras de un reconocimiento mundial a los colaboradores antillanos.
Un movimiento de ese corte ha dados pasos en diversas latitudes y genera un clima de reconocimiento a quienes con valor, entrega, profesionalidad e incluso con NO pocos riesgos personales, llevan sus conocimientos y destrezas a los lugares más recónditos.
Hasta diciembre último, 54 grupos del mencionado contingente internacionalista habían prestado servicio en 39 naciones.
Dicho de otra forma, más de cuatro mil trabajadores del Sistema Nacional de Salud Cubano fueron a otras tierras y muchos de ellos prosiguen ahora mismo su noble misión.
Y lo hacen en medio de una pandemia provocada por una letal enfermedad, la Covid-19 , de cuyos entretelones poco sabía la Humanidad , y a pesar de ello los cubanos respondieron afirmativamente a solicitudes de asistencia.
Atacar tal acción de desprendimiento porque una política de odio primaba en la capital de Estados Unidos fue una de las más deplorables tareas emprendidas por la administración Trump.
Afortunadamente, la verdad se abre paso incluso a través de las páginas de no pocos diarios y los micrófonos de ciertas radios y televisoras que secundaron acríticamente las felonías del equipo del magnate republicano en relación con Cuba.
Tanto en la patria de José Martí como fuera de ella, sus médicos escriben cada día páginas de valor, sensibilidad y pericia.
Como colofón, la cooperación médica internacionalista se convirtió en uno de los cimientos de Cuba en sus vínculos con el resto del mundo.