#NoMasBloqueo

Por: Roberto Morejón

La extrema derecha de la emigración de origen cubano en la península de la Florida se valió de su influencia y el control de los principales medios de comunicación, para hacer creer que su intolerancia hacia La Habana era unánime, pero la realidad es otra.

Para los extremistas, cualquier corriente a favor de mantener una relación sosegada entre Estados Unidos y la nación caribeña es síntoma de simpatía hacia lo que denominan como “régimen” cubano.

Se trata de una estrategia para acallar voces disonantes y, mediante el fanatismo, impedir las manifestaciones de quienes emigraron, pero insisten en que NO les perturben sus vínculos con las familias dejadas en la mayor de las Antillas.

En ese contexto polarizado, donde los recalcitrantes afirman ser mayoría aplastante, destacan las iniciativas de muchos cubanos americanos, fundamentalmente emigrados económicos, contra el recrudecimiento del bloqueo.

Esa fue la piedra angular de la administración del expresidente Donald Trump, quien le hizo el juego a los exaltados de Miami para obtener su voto, desconociendo a quienes discrepan de ellos.

Entre esas manifestaciones de sensatez resaltan las caravanas de vehículos y bicicletas para solicitar tender puentes y no muros entre Estados Unidos y Cuba.

Centenares de cubanoamericanos defensores de esas ideas marcharon por 4 ciudades estadounidenses recientemente, con lo cual llamaron la atención, aunque la prensa local, en manos de la reacción, trató de ignorar el acontecimiento.

Las imágenes por las redes sociales revelan el realce de la iniciativa, a cuyo frente figura, entre otros, Carlos Lazo.

Este profesor cubano americano viajó más de 4 mil kilómetros en bicicleta desde Seattle a Washington el año pasado, a fin de enviarle un mensaje al entonces presidente Trump para que mitigara el asedio contra Cuba.

Junto con Lazo, cubanoamericanos de diversos credos y posiciones políticas buscan que Estados Unidos desmonte disposiciones como las de entorpecer los viajes y el envío de remesas a Cuba.

No parece que esa corriente sea tan “invisible” como quieren presentarla los intransigentes.

Unos de ellos, conocido por su plataforma incendiaria en redes y  aplaudir a Trump cuando enardeció a sus seguidores contra el Capitolio, convocó a una marcha para “responderle” a quienes optan por la racionalidad y el amor con Cuba.