Ominosa iniciativa

Editado por Maite González Martínez
2021-02-12 06:42:30

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Uno de los objetivos es dotar de autonomía técnica al Banco Central del Ecuador (BCE).

Por: Guillermo Alvarado

Mientras en Ecuador se mantiene la incertidumbre acerca de quién será el rival de Andrés Arauz en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del 11 de abril, se incrementa la preocupación por un perverso proyecto de ley del gobierno de Lenin Moreno que busca privatizar la Banca Central del país.

La pugna por el segundo lugar en los comicios recientes la encabeza por una mínima diferencia el banquero conservador Guillermo Lasso, propuesto por la coalición de derecha CREO, con el 19,70 por ciento de sufragios.

Muy pegado marcha el abogado y político Yaku Pérez, cuyo nombre de nacimiento es Carlos Ranulfo, nominado por un sector del movimiento indígena Pachakutik, quien alcanza por ahora 19,45 puntos a su favor.

Ya confirmado en la primera posición y aguardando conocer a su rival para el repechaje está el economista y académico Arauz, de la alianza progresista Unión por la Esperanza, quien logró una ventaja de 12 por ciento sobre sus seguidores el pasado domingo.

En esta situación, buena parte de la atención pública se centró en los últimos días en el intento del presidente Moreno, que busca aprovechar sus últimos días en el cargo para volar en pedazos la función pública del Banco Central y dejarlo en manos de un directorio privado.

Tal es el sentido de la iniciativa legal denominada Ley de Defensa de la Dolarización, enviada de urgencia por el ejecutivo al Parlamento para que fuese aprobada en un plazo máximo de 30 días, es decir antes de conocerse al presidente electo y que éste ocupe su cargo.

El texto, menos mal, fue devuelto por el Consejo de Administración Legislativa de la Asamblea Nacional, por violar requisitos constitucionales.

De prosperar en el futuro este proyecto, quedaría en manos de la banca privada todo lo concerniente a las políticas financieras del Estado, incluida la fijación de tasas de cambio, comisiones e intereses, el manejo de créditos y el uso de las reservas internacionales, algo nunca visto hasta ahora.

Además, el Banco Central de Ecuador perdería la potestad de hacer transferencias o préstamos al gobierno para financiar programas de interés social, y se convertiría en un proveedor de divisas para el capital privado.

En honor a la verdad, esta no es una disparatada ocurrencia de Lenin Moreno, sino una imposición del Fondo Monetario Internacional, que busca cumplir su sueño de apoderarse de la soberanía financiera ecuatoriana, ya seriamente erosionada por la dolarización del país.

No hay que perder de vista este dato, amigos, habida cuenta de que tanto Lasso como Pérez, vaya quien vaya a la segunda vuelta, representan a sectores económicos poderosos dentro y fuera de Ecuador.   



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