La frontera del terror

Editado por María Candela
2021-02-13 10:32:30

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Por: Guillermo Alvarado

Desaparezcan las causas y desaparecerán los viajeros irregulares.

A pesar de las medidas migratorias tomadas en los primeros días de la administración de Joe Biden, poco ha cambiado para los miles de personas que están atrapadas en el lado mexicano de la frontera con Estados Unidos, o quienes emprenden el azaroso viaje en busca de un sueño evasivo.

Es verdad que en los últimos días se levantó el estado de emergencia implantado por Donald Trump en la zona de demarcación, pero se mantiene en vigor la orden ejecutiva de expulsar a grupos de indocumentados con el pretexto de evitar la propagación de la covid-19.

Incluso algunos legisladores del partido Demócrata criticaron la decisión de repatriar a un grupo de haitianos, una acción, dijeron, que parece ir en contra de las promesas que el actual presidente hizo durante la campaña electoral.

Por si alguna duda quedaba que no habrá mayores facilidades migratorias para quienes así lo esperaban, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, se encargó de liquidarlas durante una reciente intervención.

“Ahora no es el momento de venir” advirtió la funcionaria y agregó de manera tajante que “la mayoría de la gente será rechazada”.

Esto indica que si bien hay un cambio de forma, en el fondo las cosas permanecen igual para los que insisten en ir a la “tierra de las oportunidades”.

Así les ocurrió a miles de hondureños cuando organizaron una caravana para viajar hacia Estados Unidos, creyendo quizás que la sola elección de un nuevo presidente les abriría las puertas, esperanza que murió destrozada a palos por la policía y el ejército de Guatemala.

En realidad, nunca ha sido el momento de viajar sin documentos al país norteño, como lo demuestran los miles hacinados al borde de la línea divisoria, o los cadáveres diseminados a lo largo de la ruta, algunos en fosas clandestinas y otros sobre el árido suelo.

Lo que la señora Psaki no toma en cuenta es que las oleadas de viajeros irregulares se mantendrán por dos razones fundamentales.

En primer lugar porque las necesidades y la inseguridad de los que emprenden el desesperado viaje son superiores a los riesgos que van a correr, como les sucedió a los 19 asesinados y luego calcinados en Tamaulipas, México, de los que ya fueron identificados 14 guatemaltecos.

La segunda causa es que hay mafias muy bien organizadas, con ramificaciones en poderes locales corruptos, que ganan fabulosas cantidades de dinero traficando seres humanos sin que hasta ahora esté claro dónde blanquean, consumen o guardan ese enorme poder financiero.

Desaparezcan las causas y desaparecerá el efecto, no hay otra solución posible para este desafortunado problema. 

 



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