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Por: Guillermo Alvarado
La ineficaz respuesta del gobierno federal de Estados Unidos ante la pandemia de covid-19 es la principal causa del elevado número de contagios y fallecidos, así como del incremento de la pobreza y el desempleo en esa nación, la más rica del planeta y la más dañada por el virus.
De acuerdo con el último corte de la víspera, la potencia norteña sigue a la cabeza en todo el mundo respecto al nuevo coronavirus, con 30,7 millones de casos en poco más de un año, de los que murieron 558 mil 220.
Aparte de eso, el costo económico por la crisis sanitaria, sumando los grandes programas de ayuda financiera destinada a empresas y personas y otros gastos realizados por el ejecutivo, asciende a cinco billones de dólares, una cifra extraordinaria.
Como se puede ver, ese país dispuso de una enorme cantidad de dinero para atender la emergencia, pero sus resultados son muy malos, lo que viene a confirmar la pésima gestión realizada por el gobierno del expresidente Donald Trump y su equipo.
Así lo determinó una investigación realizada por la institución Brookings, un tanque pensante con sede en Washington que se dedica al análisis de la función pública y la educación en ciencias sociales.
Uno de los encargados del estudio, el profesor de economía de la Universidad de Los Ángeles, California, Andrew Atkeson, estimó que el total de la pérdida de vidas humanas en Estados Unidos por el coronavirus rondará los 670 mil, pero de ellas al menos 400 mil se podrían haber evitado.
Todo habría sido mejor si desde mayo del año pasado se hubiesen aplicado restricciones obligatorias como el distanciamiento social, el uso de mascarillas y la realización masiva de pruebas, mientras se esperaba una vacuna.
En lugar de eso, dijo Atkeson, cuando la situación empeoraba la gente se recogía, pero al mejorar se levantaban las medidas y todo el mundo se lanzaba a las calles y comercios, provocando así nuevos contagios que mantuvieron un ritmo de muertes más o menos estable.
Respecto al gasto económico, también se pudo manejar mejor, aseguró Christine Romer, profesora de economía de la Universidad de Berkeley.
Los préstamos perdonables a las medianas y pequeñas empresas para mantener el empleo fueron problemáticos en muchos niveles, y las transferencias para las familias no tomaron en cuenta otros factores, como el incremento del precio de los alimentos, precisó Romer.
El asunto no era gastar mucho, sino saber hacerlo, y así lo demostraron países con muchísimos menos recursos, que lograron resultados notables en esta lucha sin cuartel.