Por María Josefina Arce

Hace sesenta años era conocida en el mundo Playa Girón, localidad de la Ciénaga de Zapata, totalmente olvidada antes de 1959 por los gobiernos cubanos de turno, corruptos y entreguistas a Estados Unidos.

En ese territorio de la provincia de Matanzas en abril de 1961 el pueblo cubano, bajo la conducción del líder histórico de la revolución Fidel Castro, sería protagonista de una heroica hazaña: en menos de 72 horas derrotó la invasión mercenaria orquestada, financiada y apoyada por la CIA, Agencia Central de Inteligencia, de Estados Unidos.

El 15 de abril fue el preámbulo de la agresión, que pretendía establecer una cabeza de playa con un gobierno títere que sería reconocido por Estados Unidos y gobiernos aliados de la región y legalizar así, la intervención de fuerzas estadounidenses para una invasión a nuestro país.

En aquella jornada del 15 de abril aviones de fabricación estadounidense, proporcionados a la contrarrevolución en el exilio por la CIA, bombardearon las bases aéreas de Ciudad Libertad y de San Antonio de los Baños, en La Habana, y el aeropuerto de Santiago de Cuba. Siete cubanos perdieron la vida y más de 50 resultaron heridos.

Dos días después tendría lugar la invasión y Playa Girón se convertiría en un símbolo de la resistencia y empeño de los cubanos de defender su soberanía e independencia y una revolución de los humildes y para los humildes.

Seis décadas después mucho ha cambiado el panorama en ese lugar de la geografía cubana, donde antes del triunfo revolucionario la pobreza se ensañaba con sus pobladores.

De acuerdo con testimonios de habitantes del lugar, una de las primeras medidas fue Intervenir los latifundios. Así pasaron a manos del pueblo más de 268 MIL hectáreas de tierra. Se crearon cooperativas que agruparon a los carboneros y leñadores.

Terraplenes y carreteras se construyeron en la zona, donde también se comenzaron a levantar confortables viviendas que sustituyeron a las casas de madera y paja.

Se iniciaba la transformación de toda la Ciénaga de Zapata, donde se localiza el mayor y mejor conservado humedal del Caribe insular y es hoy una Reserva de la Biosfera.

Consultorios del médico de la comunidad, policlínico, escuelas, círculos infantiles y un centro para niños con necesidades educativas especiales son parte hoy del paisaje del lugar, que es visitado por numerosos turistas por su significación histórica y su rica biodiversidad.

Pero la Ciénaga de Zapata destaca igualmente por el proyecto cultural comunitario Korimacao, que durante más de 25 años ha llevado su arte por toda la zona y tiene un alto prestigio en todo el país e incluso más allá de nuestras fronteras.

En la Ciénaga de Zapata se ha trabajado fuerte, atrás quedó aquella etapa de desamparo y miseria. Programas económicos y sociales se han puesto en marcha y  han contado con la amplia y entusiasta participación de sus pobladores, celosos cuidadores del lugar,  que tanto representa  en nuestra tradición de lucha y exponente de la prioridad que la revolución otorga al bienestar de todos los cubanos.