Primero la gente

Editado por Maite González Martínez
2021-04-26 06:59:24

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Imagen / Segurilatam

Por: Guillermo Alvarado

Cientos de organizaciones no gubernamentales, líderes políticos, gobernantes y ganadores en diversas ramas del Premio Nobel, entre otros, llevan a cabo una intensa campaña internacional para lograr que las vacunas contra la covid-19 sean un bien común de todos los pueblos.

El objetivo de esta lucha, iniciada por Sudáfrica e India y apoyada por unos cien países, es frenar la pandemia que está azotando a todo el mundo en base a un principio fundamental, pero difícil de conseguir, que es poner la vida de la gente por delante de los intereses de las transnacionales farmacéuticas.

Al ritmo actual muchos países ricos, encabezados por Estados Unidos y las principales potencias de la Unión Europea, desarrollan campañas de inmunización de sus habitantes, porque tienen los recursos para acaparar los preparados elaborados en los principales laboratorios.

Pero en el resto del mundo, incluso en  de ingresos medios y altos, las cosas son de otra manera y hay en Asia, África y América Latina y El Caribe algunas que hasta ahora no han logrado comprar un solo lote y la escasa población protegida se logró por medio de donaciones.

Si bien hay gobiernos que se aprestan a vacunar a todos sus habitantes antes de que termine este año, para otros esa meta se cumpliría hasta el 2024.

 Resolver esta desigualdad pasa por modificar algunas reglas de la Organización Mundial del Comercio, OMC, entre ellas la suspensión temporal de los derechos de propiedad intelectual de las farmacéuticas.

Esto permitiría que todos los países que tengan la capacidad de hacerlo puedan producir las dosis y que se distribuyan sin trabas por todas partes, es decir que se logre lo que los activistas denominan “una vacuna del pueblo”.

Estados Unidos y sus más cercanos aliados se oponen a esta medida y el tema se volverá a tratar en una reunión de la OMC el próximo 5 de mayo.

Por esta razón más de un centenar de personalidades dirigieron una carta al actual presidente de la potencia norteña, Joe Biden, donde le recuerdan, entre otras cosas, que la economía sólo se recuperará cuando la covid-19 desaparezca en todo el mundo, no sólo en un pequeño número de naciones.

“Si algo nos ha enseñado este último año es que las amenazas a la salud pública son globales”, dicen los autores y agregan que “el mercado no puede afrontar adecuadamente estos desafíos, ni tampoco el nacionalismo estrecho.”

El mundo escuchó con alivio la noticia de las vacunas contra este coronavirus, pero después descubrió que salvo excepciones, entre ellas la de Cuba, estos preparados servirían no tanto para salvar vidas, sino para aumentar las ya fabulosas ganancias de unas cuantas transnacionales.

Es hora de invertir la ecuación y poner primero a la gente, ¿no creen?



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