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Por: Roberto Morejón

Un esfuerzo supremo, bien delineado, acometen los cubanos para liberar ataduras de la agricultura, cuyo déficit de productos en los mercados sigue latente.

Si bien el bloqueo estadounidense impide adquirir insumos en la cantidad necesaria, los expertos resaltan la permanencia de trabas en la infraestructura agrícola, requeridas de derribar.

Ya comenzaron reuniones de orientación acerca de nuevas disposiciones aprobadas recientemente por el gobierno, dirigidas a lograr el aumento de la creación de alimentos en Cuba.

De beneficio para los productores, del sistema público, cooperativas o privados, las iniciativas van encaminadas, entre otros objetivos, a vigorizar la empresa estatal y ampliar sus áreas de explotación.

Las previsiones alistadas en Cuba para fomentar la agricultura le otorgan además mayor realce a los contratos entre productores y compradores y resaltan el imperativo de que quien adquiere bienes debe pagar inviolablemente al proveedor.

Se trata de una claridad necesaria para dejar atrás deudas de entidades a los suministradores, quienes en NO pocos casos se desalentaron por esa razón.

También ejercerá un estímulo cardinal en los campos cubanos la eliminación de inconvenientes en el sistema bancario, para un más expedito otorgamiento de créditos a quienes realmente explotan la tierra o ganaderos.

Asimismo, el gobierno decidió reducir las tarifas del pago de los servicios de agua y electricidad a los productores y un tratamiento más flexible en los impuestos.

Se permite asimismo que los labriegos, una vez cumplido el contrato y el encargo estatal, puedan comercializar leche, sus subproductos y carne bovina y de ganado menor directamente en la red de tiendas.

Los recursos obtenidos por esa comercialización podrán ser útiles en el desarrollo de fincas y otros predios.

Estamos en presencia de nuevas disposiciones para responder a problemas asociados a cuestiones estructurales, organizativas y productivas, del uso y tenencia de la tierra, así como de carácter financiero, que entorpecen la siembra, atención de cultivos y cosechas en Cuba.

Una vez más el país escucha a los productores, conoce sus inquietudes y sugerencias y cuenta con el acertado enfoque de científicos e investigadores, con el objetivo de hacer más despejado el camino hacia la tan urgente generación de alimentos.

Mirar más hacia la tierra y reducir importaciones resulta impostergable en Cuba.