Foto: BBC Mundo
Por: Roberto Morejón
El saliente presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, generó noticia NO solo por el devastador panorama sanitario y económico de su país, sino por asombrosas expresiones.
Envuelto en la atmósfera que aprecia porque arropa el neoliberalismo o increpa a Venezuela o al correísmo, Moreno participó en Miami en un foro de ex gobernantes conservadores.
Atribuyó allí a Venezuela supuesta inducción en las protestas en Colombia, sin aportar pruebas, porque NO existen, lo que fue suficiente para que el canciller Jorge Arreaza rechazara en Caracas tal desvarío.
En su discurso en el denominado Foro de Defensa de la Democracia en las Américas, Moreno achacó a sus compatriotas NO ser adecuados para sus exigencias.
Después omitió los resultados de su cuestionada gestión.
Escamoteó que Ecuador presenta una severa crisis económica agravada por la pandemia de Covid-19, una herencia que recibirá quien cogobernó con Moreno, el banquero neoliberal y presidente electo, Guillermo Lasso.
La economía dolarizada de la nación sudamericana ya estaba en crisis antes de la pandemia, por los irrisorios precios del petróleo y el alto endeudamiento.
Lasso tomará el poder el 24 de mayo en un país en bancarrotay acentuada insatisfacción social, a causa de las medidas impuestas para recibir un préstamo de 6500 millones del Fondo Monetario Internacional.
El gran reto de Lasso será cómo ejecutar el programado ajuste en medio de tantas emergencias, pues la contracción económica el año pasado fue de 7,8%.
Con un tercio de la población en la pobreza y cerca de cinco millones de ecuatorianos que cobran menos del salario básico, el pésimo manejo de la Covid-19 vino a hacer más intrincada la coyuntura.
Según cifras del Fondo Monetario Internacional, Ecuador consignó 1,2 por ciento del Producto Interno Bruto para luchar contra la COVID-19 en 2020, el segundo país de América del Sur con menos soporte ante la emergencia.
La administración morenista no fue profusa al aprobar cifras de gastos ante la pandemia, pero sí lo hizo en las designaciones de un ministro de Salud, al cambiarlo cuatro veces.
Ecuador acumula más de 395 mil 300 casos desde el inicio de la pandemia, los decesos sobrepasan los 19 mil y los hospitales están colmados de pacientes.
Pero nadie del gobierno asumirá la responsabilidad por los quebrantos, pues otros deben hacerlo si juzgamos el desusado comentario del presidente: “¡ojalá yo tuviera un mejor pueblo!”