Foto: Archivo/RHC.

Por: Roberto Morejón

La gran prensa y los llamados medios independientes, financiados por organizaciones estadounidenses, magnifican las innegables limitaciones materiales de los cubanos, sin darle dimensión al bloqueo.

Así lo hacen con la intención de que lectores y televidentes piensen que todos los problemas de la mayor de las Antillas se generan por la incapacidad del país para producir o garantizar servicios vitales.

Sin desconocer limitaciones y hasta desaciertos internos, Cuba emprende estrategias para reanimar la economía.

Pero los expertos insisten en que el bloqueo estadounidense, recrudecido por el expresidente Donald Trump, y el devastador impacto de la pandemia mellaron las alternativas de la economía.

La banca estatal y los trabajadores por su cuenta se incluyen entre los sectores con fuertes pérdidas por la caída del turismo y las remesas.

Con la reducción en el ingreso de vacacionistas y la suspensión de los cruceros dictada por Washington, dueños de casas de alquiler y cooperativas NO agropecuarias vinculadas con suministros a hoteles, vieron sus cuentas tornarse en rojo.

El Banco Metropolitano, asentado en La Habana, reveló que 81% de sus clientes con créditos a finales de 2019 solicitó posteriormente una refinanciación.

A nivel del país los apremios son mayúsculos, sobre todo desde que en enero el gobierno del magnate republicano incluyera a Cuba en la lista unilateral de Estados patrocinadores del terrorismo.

Suficiente para que los bancos se negaran a hacer pagos hacia o desde Cuba, con la consiguiente contracción de la liquidez.

Las ciencias no escapan a la zozobra a pesar de su desarrollo y prestigio, pues de las 27 vacunas contra el nuevo coronavirus actualmente en fase final de ensayos en el mundo, dos son cubanas.

Investigadores locales envueltos en esos esenciales estudios deben compartir un solo equipo esencial destinado al control de calidad y potencia, para observar la estructura química de una vacuna.

No pueden conseguirse otros porque el fabricante británico del espectrómetro, Micromass, fue adquirido por una empresa estadounidense.

Es cierto que los científicos se sobreponen con abnegación y talento, pero son obvias las afectaciones.

Igual pasa en todo el país, en cualquier terreno. Se trata de un argumento importante para que en junio próximo la ONU vuelva a examinar un informe de Cuba sobre el impacto del bloqueo, y la urgencia de instar a Estados Unidos a ponerle fin.