El MAS, con Luis Arce a la cabeza orientado a la recuperación en Bolivia.
Por: María Josefina Arce
El gobierno del presidente boliviano, Luis Arce, desarrolla un enorme y encomiable esfuerzo en el enfrentamiento a la COVID 19, tras encontrar un país sumido en una crisis sanitaria y social, salpicada por escándalos de corrupción.
Desde que el MAS, Movimiento al Socialismo, retornó al poder en noviembre del pasado año, al ganar las elecciones de octubre, se dedicó a revertir la desfavorable situación dejada por las autoridades golpistas, encabezadas por la hoy ex mandataria Jeanine Áñez.
Sistemas de salud y funerario desbordados, falta de insumos para atender a los contagiados y de medios de bioseguridad para el personal sanitario fue el panorama encontrado por Arce y su gabinete.
Y en medio de esta compleja situación, la compra irregular por el gobierno de facto de respiradores a mayor precio e inadecuados para el tratamiento de pacientes con COVID 19 en las unidades de cuidados intensivos.
Además, aunque la nación del altiplano presentaba un cuadro crítico, las autoridades golpistas pusieron antes que la salud de los bolivianos sus posiciones políticas y rechazaron la ayuda médica ofrecida solidariamente por Cuba para el enfrentamiento a la enfermedad causada por el nuevo coronavirus.
El retorno del MAS ha traído un cambio, se ha atendido oportunamente a la enfermedad y brindado la asistencia requerida a los contagiados.
Ha sido bajo el mandato de Arce que se iniciaron las negociaciones para la adquisición de las vacunas contra la COVID 19. Ya hoy en Bolivia se desarrolla el proceso de inmunización masiva.
Se han incrementado los puntos de vacunación para garantizar la aplicación de más de un millón de nuevas dosis que llegarán a territorio boliviano en los próximos días.
Pero el actual gabinete también ha atendido otros frentes como el económico, seriamente dañado por la pandemia y cuya crisis se reflejó con mayor fuerza en los sectores más vulnerables, olvidados por los golpistas.
Es así que se han adoptado una serie de iniciativas para lograr la reactivación y desarrollo de la industria nacional, se han efectuado inversiones en esferas claves, se han concedido créditos a las pequeñas y medianas empresas y se han retomado programas sociales que benefician a los más humildes.
En seis meses el gobierno del presidente Luis Arce ha trabajado fuerte, su esfuerzo ha estado encaminado a proteger la salud de los bolivianos, pero también a que Bolivia vuelva a tener estabilidad política y social y a ser una de las naciones de América Latina con mayor crecimiento económico, como antes del golpe de estado de 2019 contra el entonces mandatario Evo Morales.