Telesur.
Por: Roberto Morejón
Las escenas de niños en Gaza obligados a abandonar sus hogares y a refugiarse en escuelas gestionadas por la ONU durante los bombardeos israelíes, parecen insuficientes para que la comunidad internacional otorgue al régimen sionista el estatus correspondiente, el de genocida.
No se trata de la única evidencia del ensañamiento de las huestes comandadas por el agresivo primer ministro, Benjamin Netanyahu.
Desde el comienzo del Ramadán, la Organización Mundial de la Salud comprobó casi un centenar de ataques contra instalaciones asistenciales en los territorios palestinos.
El goteo incesante de bombas provocó que más de 52 mil refugiados palestinos abandonaran sus asentamientos y ahora se hacinen en recintos de emergencia, con peligro de contraer enfermedades.
Las escapatorias posibles en Gaza son inciertas porque la metralla lanzada por la poderosa fuerza aérea israelí, generosamente reforzada por Estados Unidos, dañó cerca de 450 edificios.
Pero la prensa corporativa martillea con el mismo discurso: los ataques de Tel Aviv tienen como blanco túneles y refugios del grupo Hamas que gobierna en Gaza, como si los civiles muertos, más de 220, y los heridos fueran fruto de la ficción.
También la prensa hegemónica habla de violencia bilateral en lugar de agresión a la Franja de Gaza y de represión en Cisjordania así como en barrios de Jerusalén Oriental, donde comenzó la actual arremetida de Israel.
Porque debe recordarse que aquella ciudad está bajo intimidación, al adueñarse los colonos de hogares y barrios palestinos.
La rebelión de los conminados a abandonar sus propiedades recibió una airada respuesta de la policía israelí y seguidamente el grupo Hamás lanzó cohetes contra su adversario.
La desproporcionada respuesta del Estado hebreo en lo que constituye la cuarta guerra entre Gaza y Hamas apenas genera simples alusiones en televisoras y diarios, negados a otorgarle su calificativo a los aventureros.
Nuevamente Estados Unidos justificó a su principal asociado en Oriente Medio, y hasta aprobó ventas de misiles de precisión por 735 millones de dólares, nada menos que en la presente crisis.
Imperturbable ante el dolor causado en tierras palestinas, el Premier israelí se siente respaldado por el Estado militarista y Washington.
No asombra entonces que Tel Aviv publicara un video donde el Primer Ministro aparece frente a un avión de combate, mientras promete la continuidad de los ataques.