Por: María Josefina Arce

El enfrentamiento a la COVID 19 ha exigido la erogación de cuantiosos recursos, sin embargo, Cuba no ha descuidado la atención a otras ramas de la salud, a pesar también de las limitaciones económicas que impone el bloqueo estadounidense.

No se han detenido programas vitales como  el materno infantil, que se apoya en el de la lactancia materna, dada la importancia de esta actividad para el idóneo desarrollo de los recién nacidos.

Se ha demostrado científicamente que la leche materna contiene más de 300 nutrientes y cantidades exactas de grasas, azúcares, proteínas, agua y vitaminas. Disminuye el riesgo de desnutrición y protege de enfermedades prevalentes en la infancia como diarreas, alergias, asma y las afecciones respiratorias.

Y en ese camino de proteger a los pequeños, fue inaugurado en esta semana un Banco de leche humana en el Hospital pediátrico William Soler, en La Habana, que permitirá a este centro disponer del preciado alimento para bebés con un peso inferior a los 1500 gramos o para los que requieran una cirugía intestinal.

Este esfuerzo de Cuba ha estado acompañado por UNICEF, Fondo de la ONU para la Infancia, que reconoce la voluntad política del país por cuidar a sus niños y garantizarles desde que nacen un adecuado desarrollo.

Gracias a esta cooperación, en los últimos 15 años se ha fortalecido la red nacional de bancos, que hoy cuenta con 14 centros de este tipo distribuidos en 13 provincias del territorio cubano.

De acuerdo con el sitio digital Cubadebate, el pasado año, aún en medio de la pandemia, el sistema de Bancos de leche humana benefició a 4 MIL 476 niños en terapias intensivas y pediátricas.

Estos pequeños se nutren con el líquido donado por otras progenitoras, luego de someterse a un proceso de pasteurización que asegura el cumplimiento de las normas sanitarias y su conservación de nueve meses a un año.

De ahí la importancia de promover la donación del alimento, que es un verdadero acto de amor y altruismo que reporta múltiples beneficios para los pequeños.

A estas madres donantes las une no solo un sentimiento de solidaridad, sino de agradecimiento pues en muchos casos sus hijos se han beneficiado de la donación de otras progenitoras y han visto cómo sus bebés evolucionan favorablemente.

El esfuerzo de Cuba, apoyada por UNICEF, ha tenido un gran impacto, pues ha incidido en la disminución de la mortalidad infantil, un aspecto en el que el archipiélago exhibe indicadores comparables a los de naciones desarrolladas.