Parte médico diario del Minsap.
Por: Roberto Morejón
El personal sanitario cubano continúa en alerta por el alza de casos de la COVID-19 , pero existe confianza en el porvenir, por los aciertos de candidatos a vacunas que vislumbran un posible regreso al curso escolar.
La mayor de las Antillas sobrepasó la lamentable cifra de los 900 fallecidos víctimas del SARS-Cov-2, patógeno causante de la enfermedad letal.
En la región de las Américas se reporta 40 por ciento del total de contagiados en el mundo, de ahí el peligro para Cuba, mucho más cuando la tasa de incidencia en los últimos 15 días aumentó a 155,5 por 100 mil habitantes, con particular huella en la población pediátrica.
En consecuencia, las autoridades reforzaron las regulaciones higiénico-sanitarias y el respaldo en los hospitales a los protocolos de atención.
Estos últimos cambiaron en seis ocasiones, basados en productos cuyo 85 por ciento son de fabricación local, en señal de desarrollo de la biotecnología.
Gracias a la pericia y sensibilidad de médicos, enfermeros, técnicos y científicos, 94 por ciento de los más de 17 mil 700 cubanos contagiados lograron recuperarse.
Se considera un hecho notable dadas las limitaciones materiales en Cuba a causa del bloqueo estadounidense, imperturbable a pesar del cambio de administración en Washington, y del impacto de la enfermedad en la economía doméstica.
La mayor de las Antillas, con la apertura y consolidación de 27 laboratorios de biología molecular, avanza asimismo en cinco aspirantes a vacunas contra la COVID-19 , dos de ellos en la última etapa de ensayos clínicos.
Dados sus resultados calificados de “muy alentadores” por el ministro de Salud Pública, José Ángel Portal, la nación caribeña ha aplicado vacunas a más de 782 mil personas, incluyendo trabajadores de la salud, otros grupos de riesgo y en territorios seleccionados.
Pudo ser así por la seguridad evidenciada en las pruebas realizadas que aconsejaron poner en marcha un estudio de intervención con los dos candidatos a inmunizadores más avanzados.
La certeza de un porvenir más propicio en el orden sanitario aconsejó al Ministerio de Educación valorar el posible comienzo del curso escolar en septiembre próximo de modo presencial.
Sin embargo, tal perspectiva no debe llevar a las personas a reducir cautelas.
La responsabilidad ciudadana ante el peligro de un enemigo letal continúa como el principal escudo.
