Minrex
Por: María Josefina Arce
África está en nosotros. Nuestra esencia, identidad está conformada por su presencia, por la innegable influencia de sus costumbres, religión y cultura. Cómo señalara el sabio cubano Fernando Ortiz: "Sin el negro Cuba no sería Cuba...".
Esa unión comenzó hace siglos y se hizo más fuerte e indisoluble con el paso del tiempo, pero ya desprovista de un carácter colonialista y explotador. La amistad y hermandad son los sentimientos que nos abrazan.
El líder histórico de la revolución cubana, Fidel Castro, manifestó que Cuba tenía una deuda con África, un continente al que llegó la solidaridad del archipiélago en la temprana fecha de la década del 60 del siglo pasado, una solidaridad que se extendió a muchos ámbitos, incluso el militar.
Y ahí está la Operación Carlota, la contribución de la nación caribeña a la lucha contra el racismo y el colonialismo en África.
Más de 300 mil cubanos dejaron atrás su tierra y lucharon junto al pueblo angoleño en la defensa de su independencia, ante el pedido del gobierno del MPLA, Movimiento Popular para la Liberación de Angola, con Agostinho Neto al frente.
Un enorme peligro se cernía sobre Angola, que debía obtener su independencia de Portugal en noviembre de 1975, en virtud de los acuerdos de Alvor, violados por Sudáfrica, Zaire, el FNLN, Frente Nacional de Liberación de Angola, y la UNITA, Unión Nacional por la Independencia Total de Angola, grupos financiados, entrenados y armados por la CIA, Agencia Central de Inteligencia, de Estados Unidos.
Decisiva fue la participación de Cuba para derrotar al ejército sudafricano, a la UNITA y demás grupos armados, apoyados también por las antiguas potencias colonialistas europeas.
En suelo angoleño se protagonizaron verdaderas hazañas. El valor y determinación de los combatientes cubanos junto a sus hermanos africanos se hicieron patentes en la defensa de Sumbe y en las batallas de Cangamba y Cabinda.
Cuito Cuanavale sería la batalla decisiva y se convertiría en un símbolo de valor y resistencia. Al respecto el líder sudafricano Nelson Mandela afirmaría que " La aplastante derrota del ejército racista en Cuito Cuanavale constituyó una victoria para toda África."
En ese pequeño poblado de la provincia de Cuando Cubango, cubanos y angoleños unidos como uno solo se enfrentaron y derrotaron a las poderosas fuerzas sudafricanas, que contaban con modernos aviones de combate, tanques y artillería.
De 1975 a mayo de 1991, cuando regresó el último cubano, tuvo lugar la epopeya, conocida como Operación Carlota, que cambió el destino del llamado continente negro.
Los cubanos forjaron sólidos lazos de fraternidad con África. De allí solo se llevaron la amistad y el agradecimiento de los pueblos africanos, en especial el angoleño.
La ayuda de Cuba era un compromiso con una causa justa, pero también un deber compensatorio, como lo definió Fidel Castro, por el papel desempeñado por los africanos y sus descendientes en la gesta libertaria cubana y su aporte a la confirmación de nuestra nación.