Imagen: ACN

Por: Roberto Morejón

La solicitud del gobierno estadounidense de 20 millones de dólares de su presupuesto para 2022 destinados a lo que describe como “programas de democracia en Cuba”, apunta hacia un robustecimiento de organizaciones afincadas en la nación norteña, con trayectoria injerencista.

 De acuerdo con versiones de prensa, la adjudicación del monto estaría “avalado” por la certificación en un registro oficial realizado recientemente en Estados Unidos.

 En él consignaron las autoridades norteñas que Cuba no coopera plenamente en la lucha contra el terrorismo que Washington dice llevar. 

 Analistas subrayaron la eventualidad de mayores entregas de recursos a la USAID , Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, y la NED , Fundación Nacional para la Democracia.

 Esas entidades, afincadas en Estados Unidos, utilizan el dinero aportado por los contribuyentes para desestabilizar a otras naciones con gobiernos que rechazan los dictados de la Casa Blanca.

 Cerca de 250 millones de dólares consagró aquel país  en las últimas dos décadas a los programas de subversión contra Cuba.

 Señaladas como fachadas de la CIA , Agencia Central de Inteligencia, en el caso de Cuba la USAID y la NED calzan, financian e instruyen a grupos de la sociedad para alterar el orden.

 Organismos competentes documentaron la asignación de la USAID y la NED de partidas millonarias a mercenarios, muchos de ellos con operaciones en Estados Unidos, pero vinculados a contrarrevolucionarios en la nación caribeña.

 El propósito sería fomentar lo que llaman los organismos especiales de inteligencia “lucha no violenta” o golpes blandos.

 El sitio Cuba Money Project, del periodista estadounidense Tracey Eaton, asevera que durante el gobierno de Donald Trump al menos 54 grupos operaron programas con dinero proveniente de la USAID o la NED.

 Por su lado, medios de prensa en Cuba presentaron pruebas acerca de la confabulación de individuos en el exterior con aventureros en la mayor de las Antillas, para la agitación y acciones vandálicas.

 Por supuesto, parte de los recursos suministrados generosamente por Washington irían a parar, como hasta ahora, al llamado periodismo independiente, con oficinas centrales en el exterior, cuya misión es diseñar una imagen de desconcierto y ruina de la mayor de las Antillas. 

 Los cubanos No están desinformados como para dejarse embaucar y permanecen alertas porque saben quién paga y los que ejecutan las órdenes.