En Perú anuncian paro nacional si no proclaman a Pedro Castillo como presidente - Foto: AP
Por: Roberto Morejón
La febril estrategia de poner en duda ---sin pruebas--- el proceso electoral en Perú de la conservadora candidata presidencial Keiko Fujimori, condujo al país a un atolladero, como mismo hizo el expresidente Donald Trump en Estados Unidos.
Organizaciones peruanas convocaron a un paro nacional el seis de julio, por la demora en la proclamación del nuevo Presidente, quien debería ser ---alegan--- Pedro Castillo.
El candidato de Perú Libre aventajó por estrecho margen a su rival Keiko Fujimori, hija y heredera política del ex dictador Alberto Fujimori, preso por crímenes de lesa humanidad.
Fue suficiente para que la candidata lanzara una oleada de reclamaciones a los sufragios emitidos a favor del representante de la organización política que enarbola un lápiz como símbolo.
Sus abogados han llegado al ridículo de impugnar mesas electorales donde actuaban personas con el mismo apellido que Pedro Castillo, apelativo común en el llamado Perú Profundo.
Cantar fraude choca con las conclusiones emitidas por observadores acerca de la transparencia en los comicios del pasado 6 de junio en Perú.
Estamos en presencia de un recurso calculado de la pretendiente de la derechista Fuerza Popular.
La presidencia le serviría para ejercer el poder, dotarse de inmunidad y eludir la justicia, pues le imputan graves delitos por corrupción.
Keiko, quien ya estuvo tras las rejas, parece sentirse conquistada por las tácticas del beligerante y tramposo Donald Trump.
Junto a sus cómplices y al igual que el republicano, montó una campaña de desinformación, con el objetivo de deslegitimar la consulta popular, a su oponente, y atraer fanáticos hacia su causa.
Algunos le atribuyen la peregrina idea de postergar la proclamación del nuevo Jefe de Estado para que el Congreso asuma la presidencia y convoque a nuevas elecciones.
El lance de la aspirante derechista parece surtir efecto en ciertos reductos, como el de militares retirados.
Varios de ellos insólitamente se manifestaron de forma pública, sables en mano, en rechazo a un eventual triunfo del maestro rural de ideas progresistas.
El pronunciamiento, rechazado por el presidente interino Francisco Sagasti por su connotación antidemocrática, pone acrecienta la crisis.
A la derecha, montada en el carro de Fujimori, NO parece importarle la deriva hacia la que llevan al país con su cuestionamiento sectario de la votación popular.