Bwa Kayiman Haití

por Guillermo Alvarado

Durante la noche del 14 de agosto de 1791, hace hoy 230 años, se celebró en un lugar de Haití llamado Bwa Kayiman, expresión del idioma creole que significa Bosque de los Caimanes, una ceremonia secreta considerada como la chispa generadora de la Revolución de esclavos triunfante en 1804.

Ese acontecimiento, que pasó a la historia con el nombre del sitio donde ocurrió, tiene para el hermano país el mismo significado que en Cuba el llamado de Carlos Manuel de Céspedes para luchar por la independencia, o el Grito de Dolores, que marcó el camino hacia la emancipación de México.

Se trata de un acto fundacional, que con el paso de los años algunos han tratado de ensombrecer, o aun de tergiversar, para disminuirle significado e importancia, pero que está presente en el corazón de quienes buscan la libertad y redención del pueblo más pobre del hemisferio occidental.

Bwa Kayiman fue una congregación de un cierto número de esclavos negros, que algunos sitúan alrededor de 200, encabezados por Dutty Boukman, un líder africano que fue capturado en ese continente y vendido para trabajar en las plantaciones y  Cécile Fatiman, guía espiritual y religiosa.

Allí juraron iniciar un levantamiento contra los colonos blancos para expulsarlos y conquistar la libertad.

Pocas semanas después toda la llanura del norte ardía, más de 200 plantaciones de caña de azúcar y mil 200 de café quedaron destruidas y cerca de 40 mil, de los 170 mil esclavos que había entonces en esa zona, se habían sumado a la insurrección.

Existen distintas versiones sobre la muerte de Boukman, unas dicen que cayó en combate y otras que fue capturado vivo, decapitado y su cabeza exhibida para demostrar su mortalidad y el poderío francés, pero en todo caso no logró frenar el alzamiento.

Fueron en total 13 años de lucha con avances y retrocesos, hasta que por fin en los primeros días de 1804 se conquistó la victoria, primera de una revolución de esclavos en la historia.

Duro ha sido el precio que tuvo que pagar ese pueblo, algunas veces por golpes de la naturaleza, otras, la mayoría, por la intervención de potencias extranjeras, empecinadas en mantenerlo bajo su dominio, a lo que se suman no pocos gobiernos corruptos y dictatoriales.

No obstante, el espíritu y la rebeldía de Bwa Kayiman le acompañan en su difícil trayecto y cada 14 de agosto los patriotas haitianos, dentro y fuera de su país, recuerdan con orgullo esa gesta, semilla de su nacionalidad, su cultura y sus ansias por un futuro mejor, digno y soberano