Imagen / La Razón
Por: Roberto Morejón
En medio de una declaración de fuerza, miles de haitianos han sido devueltos hacia su tierra natal por las autoridades estadounidenses, en lo que algunos califican de expulsión histórica de migrantes.
Desde que agentes fronterizos de raza blanca marcharan a caballo en persecución de migrantes mayoritariamente haitianos, el caos y el desbordamiento caracterizaron la actuación de instituciones estadounidenses.
Las imágenes de los jinetes utilizando látigos incluso contra mujeres figuran como una de las respuestas más feroces a un fenómeno migratorio que responde a la pobreza y violencia sufridas por los viajeros.
Los que en medio de altísimas temperaturas lograron evadir controles migratorios y entrar a la nación norteña expresaron asombro, dolor y miedo por los exabruptos.
Si hoy disminuyeron fue por la decisión de los inquilinos de la Casa Blanca de deportar masivamente a haitianos.
Para estupor de la comunidad internacional, no pocos de los obligados a retornar a Puerto Príncipe aunque procedían de países latinoamericanos donde intentaron residir, narraron que nadie les avisó del destino que les deparaba.
La parte estadounidense se defiende al alegar la pandemia del nuevo coronavirus y la regulación conocida como Título 42, implementada por el expresidente Donald Trump en uno de sus arranques xenófobos.
El procedimiento ampara expulsiones sumarias de personas sin verificar sus necesidades de amparo como recomienda el Derecho Internacional.
Para nadie es un secreto la convulsión reinante en Haití, bajo el agobio de un reciente terremoto, que dejó 2 mil muertos, una tormenta tropical y la crisis política derivada del asesinato del presidente Jovenel Moise y la acción de pandillas.
La ONU estima que casi 4 millones de haitianos, de cerca de 11,5 millones, padecen inseguridad alimentaria y que dos millones de personas se han visto forzadas a emigrar.
Nada de ello está sobre el tapete. A pesar de la oratoria de la administración demócrata acerca de un procedimiento indulgente hacia los migrantes, las autoridades hicieron más de un millón 541 mil detenciones este año, en contraste con 458 mil en 2020.
Y rematan esa política con una especial contundencia contra haitianos, en un espectáculo calificado por la legisladora demócrata Ilhan Omar, quien fue refugiada somalí, como una violación de los derechos humanos.