Foto: Milenio.
Por María Josefina Arce.
Brasil sobrepasó la pasado semana los 600 mil fallecidos por la COVID 19, en medio de los cada vez más crecientes cuestionamientos a la gestión del gobierno del presidente Jair Bolsonaro frente a la enfermedad causada por el nuevo coronavirus.
Es la nación suramericana el segundo país a nivel mundial en rebasar esa cifra de muertos y el tercero con el mayor número de casos confirmados, al registrar más de 21 millones. Solo es antecedida por Estados Unidos y la India.
Gran parte de la sociedad responsabiliza de este lamentable panorama a las autoridades y en especial al presidente, quien desde un inicio minimizó el impacto de la pandemia, a pesar de la crítica situación sanitaria vivida por el país en el último año y medio.
El ex presidente Luiz Inácio Lula Da Silva ha afirmado que el actual inquilino del Palacio del Planalto ha tenido un comportamiento genocida ante la COVID 19.
Lo cierto es que aunque diariamente morían muchos brasileños e incontables familias perdían a uno o más de sus miembros, el mandatario nunca evidenció la menor
solidaridad. Cuando a finales de abril del pasado año ya el número de fallecidos rebasaba los cinco mil, sus palabras fueron: "¿Y qué?. Lo siento. ¿Qué quieres que haga?.
Olvida Bolsonaro que no respetó las normas sanitarias, organizó y participó en manifestaciones dejando de lado el necesario distanciamiento social y menospreció las indicaciones de los especialistas y de su propio Ministerio de Salud.
Ese irresponsable accionar que envió un mensaje equivocado y otras cuestionables acciones son investigadas desde abril último por una Comisión del Senado que, según se conoció, espera dar a conocer sus conclusiones en la segunda quincena del actual mes.
Las investigaciones han revelado irregularidades en un contrato de compra de la vacuna India Covaxin que nunca se llegó a efectuar, de lo cual al parecer estaba enterado Bolsonaro.
El mandatario apostó también por remedios ineficaces contra la COVID 19, como la cloroquina, a pesar de que no estaban avalados por los organismos sanitarios internacionales.
En caso de ser aprobado el informe final, con mayoría simple de los 11 miembros de la Comisión, será remitido a la Fiscalía General, al Tribunal de Cuentas y a otras organizaciones responsables de fiscalizar la actuación gubernamental, a fin de que inicien las investigaciones judiciales respectivas.
El instructor de la Comisión Renán Calheiros afirmó que con certeza el presidente deberá responder por múltiples delitos contra la salud pública.
La pésima gestión del gobierno en el enfrentamiento a la pandemia llevó a Brasil a una crítica situación. Muchas son las familias que hoy lloran por la pérdida de sus seres queridos. Por eso son incontables las voces que en estos meses se han alzado para reclamar "Fuera Bolsonaro".