Cuba entra en calma en la nueva etapa de convivencia, sin abandonar las medidas higiénico-sanitarias. Foto. ACN
Por Roberto Morejón (RHC)
Los cubanos dieron un paso decisivo en la búsqueda de la nueva normalidad, todavía con riesgos de la Covid-19, aunque con el control de la pandemia, y bajo la presión de dificultades materiales y de planes de fuerzas oscuras para malograr la paz doméstica.
A mediados de noviembre, los cubanos abren gradualmente fronteras al turismo internacional, al constatar el esperanzador declive en la curva de casos provocados por el SARS-Cov-2 y de fallecidos.
Solo por el ingenio, habilidades y tesón de los científicos al crear tres vacunas y mantener dos en ensayos clínicos hasta con alcance pediátrico, la mayor de las Antillas comenzó a dejar atrás, paulatinamente, el peor momento de la crisis.
El sistema sanitario, NO exento de escaseces, pero puesto a prueba durante casi dos años, emergió ante el desafío, mientras junto a los científicos ensaya nuevos medicamentos contra la Covid-19.
Gracias a esa desescalada de la enfermedad, aeródromos y hoteles en muchos casos remozados recuperan su gestión.
Las escuelas acogieron a otras decenas de miles de alumnos, en la última etapa de la vuelta a clases presenciales.
Se trata de un reto para el que se requiere fuerza, capacidad organizativa y valentía, puestos a prueba porque agentes para el cambio de régimen, en el país, inspirado y coordinado por Estados Unidos, convocaron a ir contra la dirección correcta, la del regreso a una nueva normalidad coexistiendo con la Covid-19.
En medio de una histérica campaña mediática internacional que hizo creer al mundo que en Cuba la población iría a las calles en aprobación de quienes coquetean con caminos anticonstitucionales, los ciudadanos dieron un rotundo desmentido a los infundios.
El titular de una nota emitida por una televisora foránea lo ilustró: “Cuba se prepara para un lunes agitado”. La alteración tenía que ocurrir.
Sin embargo, Cuba entra en calma en la nueva etapa de convivencia.
Sin abandonar medidas higiénico-sanitarias, la economía se abre hacia la participación de nuevos actores, incluyendo privados y cooperativas, La Habana celebra su aniversario 502 y la Bienal capitalina acogió una fiesta de las artes plásticas.
La vida continúa, NO sin privaciones materiales, acentuadas por el bloqueo de Estados Unidos, país que, oportunistamente, amenazó con nuevas sanciones a Cuba.
Desde el 22 de septiembre hasta la semana anterior, sus funcionarios se refirieron cáusticamente a Cuba en 29 ocasiones.
Lo que en lenguaje popular ciudadanos califican como la otra pandemia, la que han conocido crudamente en los últimos seis decenios.