Por: Roberto Morejón

Cuba enfrenta el último mes de 2021 con un curso esperanzador de la Covid-19 después de un período tenso, pero con exhortaciones a sostener disposiciones higiénico-sanitarias, en tanto los científicos buscan nuevos caminos contra variantes del mal.

Las estadísticas en relación con la pandemia por el nuevo coronavirus prosiguen en declive e incluso arrojan algunos días hasta menos de un centenar de reportes.

Igualmente se atienden de modo diferenciado los territorios donde continúan diagnosticando contagios, en paralelo a las pesquisas a los viajeros desde el exterior, luego de la gradual apertura de fronteras el pasado 15 de noviembre.

La baja en los episodios por el padecimiento de origen respiratorio está vinculada a la vacunación con antídotos propios, beneficio otorgado a casi 83 por ciento de los cubanos, con Abdala, Soberana 02 o Soberana Plus, de creación autóctona.

Pero los esforzados y talentosos hombres y mujeres de ciencia y el personal de salud NO se confían.

Después de seis meses de recibir las tres dosis de las vacunas, en cuatro municipios habaneros comenzó la inyección de refuerzo de la población general con una dosis de Abdala.

El proceso, previsto para su ampliación gradual, brinda una expectativa tranquilizadora a los cubanos, sin que ello implique abandonar la mesura.

Los científicos antillanos, quienes señalaron que trabajan en el diseño de vacunas específicas, están muy al tanto del descubrimiento de la variante ómicron del SARS-Cov-2.

Cuba toma nota de la recomendación de la Organización Mundial de la Salud de aumentar la vigilancia ante un enemigo del que no se disponen suficientes datos.

La nación caribeña adoptó a principios del mes en curso nuevas prácticas para hacer frente a la expansión de ómicron y reforzó reglas sanitarias previamente establecidas, concernientes a los viajeros procedentes de algunos países. 

A lo interno, sería un error que los ciudadanos consideren retirar mascarillas o reducir el obligado distanciamiento físico.  

Si bien en el último mes del año los cubanos constatan que los pacientes en estados crítico y grave por la Covid-19 son menos en comparación, por ejemplo, con agosto pasado, cuando superaron hasta los 300, nada aconseja soslayar cautelas, pues la nueva normalidad obliga a conductas responsables.