Cuba por la vacunación masiva anticovid-19
Por María Josefina Arce
La COVID 19 dejó al descubierto cuánto le falta al mundo para garantizar los derechos humanos a todos sus habitantes y qué profundas son las desigualdades existentes. Una vez más las naciones desarrolladas mostraron su egoísmo. El acaparamiento de las vacunas contra la enfermedad causada por el nuevo coronavirus dejó desamparadas a las más pobres, sin el necesario acceso inmediato a estos fármacos.
En Cuba el estado ha garantizado durante décadas el derecho a la vacunación, por eso ante la pandemia no podía ser diferente. El esfuerzo desplegado, a pesar de las limitaciones impuestas por el bloqueo norteamericano, se revirtió en favor de cada ciudadano, que es inmunizado con productos propios, gracias al talento y dedicación de su comunidad científica y la voluntad política de las autoridades.
Exitosamente avanza este proceso que, junto a otros factores como la fortaleza de nuestro sistema de salud y la incansable labor de su personal, ha hecho posible que el país exhiba hoy un control de la pandemia.
Aquí nadie ha sido abandonado a su suerte. Para la vacunación se ha pensado en todos, en los convalecientes de la COVID 19, en los alérgicos al timerosal, en quienes presenten otras dolencias y en niños y jóvenes.
De hecho Cuba se convirtió en el primer país del mundo en llevar a cabo una campaña de inmunización en edades pediátricas, dado la calidad, seguridad e inmunogenicidad demostrada por los fármacos para este grupo.
Ahora por demás, el Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos autorizó el uso de emergencia de la vacuna Soberana Plus para la población pediátrica mayor de dos años convaleciente de la COVID 19.
Ya desde septiembre pasado se aplica una dosis de este inmunógeno en los mayores de 19 años, con dos meses o más de alta médica hospitalaria o domiciliaria, tras enfermar con el virus.
Asimismo, se administra actualmente una dosis de refuerzo entre la población con el esquema completo de inmunización, una estrategia que ya ha beneficiado a los trabajadores sanitarios.
Los resultados de la Mayor de las Antillas no sorprenden. La salud de los ciudadanos ha sido siempre una prioridad del gobierno desde enero de 1959, ante las pésimas condiciones existentes en el país en ese entonces, denunciadas por el líder histórico de la revolución cubana, Fidel Castro, en su alegato de autodefensa en el juicio por los asaltos a los Cuarteles Moncada, en Santiago de Cuba, y Carlos Manuel de Céspedes, en Bayamo, el 26 de julio de 1953.
Gratuita y universal es la salud en nuestro país, que se distingue además, por programas como el de vacunación que protege contra 13 dolencias y cada año sobrepasa el 98 por ciento de cobertura en toda la nación.
Las sucesivas campañas de inmunización que desde 1962 se desarrollan han posibilitado que en la actualidad se hayan eliminado de nuestro territorio seis enfermedades y otras no sean un problema de salud.
Es importante destacar que la vacunación no se limita a la población infantil, sino que llega también a grupos vulnerables para protegerlos de la influenza estacional y la fiebre tifoidea, entre otras enfermedades.
La vacunación es una piedra angular de nuestro sistema de salud, que tiene como meta proteger lo más valioso, la vida de cada ciudadano.