Cuba ha reiterado a EE.UU. la necesidad de abordar el asunto ante el incumplimiento del gobierno
del Norte de los acuerdos migratorios. Foto: Archivo/ABC
Por Roberto Morejón (RHC)
El incentivo a la emigración desordenada de la absurda política de las administraciones de Estados Unidos hacia Cuba volvió a provocar un desenlace fatal, al naufragar una embarcación sobrecargada de personas en mares cercanos al archipiélago caribeño.
Personas interesadas en viajar a Estados Unidos están impedidas de realizar trámites en La Habana por el cierre del Consulado de la nación norteña, desde que lo impusiera la administración de Donald Trump (2017-2021).
Con diversos pretextos, el gobierno ulterior mantuvo la restricción, con la molestia de los interesados, obligados a desplazarse a terceros países, a un costo elevado.
También es alto el lastre por las cortapisas al envío de remesas familiares desde Estados Unidos a Cuba.
Si hablamos de imposiciones, prosiguen las 243 dictadas por Trump para agudizar el bloqueo, sin que el presidente Joseph Biden haya cumplido promesas electorales de actuar con flexibilidad.
La magnitud del acoso ahonda las privaciones materiales en la mayor de las Antillas, expuesta asimismo al impacto en la economía de los gastos millonarios para afrontar el azote de la Covid-19.
Solo a ese precio alto y gracias al talento de científicos y la abnegación del personal de salud, Cuba pudo amortiguar la huella de la pandemia.
Durante cuatro días de la semana anterior No se reportaron muertes por esa causa, el número de casos cayó incluso por debajo de cien diarios y 83 por ciento de la población completó la pauta con vacunas propias.
El proyecto Our World in Data, generado por la Universidad de Oxford, refiere que Cuba se encuentra entre los cinco países del mundo con mejor índice de vacunación.
Pero el bloqueo estadounidense llegó a retardar ese proceso y en otras aristas de la vida cotidiana acrecienta su marca, con establecimientos comerciales con déficit de oferta y acumulación de compradores.
Parece uno de los propósitos de Washington, o sea, ahogar a los cubanos por escasez de bienes y servicios para lograr un estallido social.
Ante ello y por inconvenientes interpuestos por Estados Unidos, algunos escogen el errado camino de la emigración ilegal.
Cuba ha reiterado a Estados Unidos la necesidad de abordar el asunto para impedir que traficantes de personas se aprovechen de la coyuntura creada y el incumplimiento del gobierno del Norte de los acuerdos migratorios.
Solo se escucha en Washington una oratoria cada vez más llameante.