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Por: Guillermo Alvarado

La segunda y definitiva vuelta de las elecciones presidenciales de Chile se realizará este domingo, 19 de diciembre, en un ambiente muy tenso no sólo por las posiciones diametralmente opuestas de los dos candidatos, sino porque ninguno de ellos parte como favorito y se augura un resultado muy cerrado.

Por primera ocasión después de la dictadura de Augusto Pinochet, de 1973 a 1990, se disputan la primera magistratura del país dos modelos radicalmente distintos, representados por Gabriel Boric, de la coalición Apruebo Dignidad, y José Antonio Kast de la alianza de extrema derecha Pacto Social Cristiano.

En la primera ronda del 21 de noviembre Kast quedó en primer lugar, dos puntos por delante de su oponente, pero desde entonces los sondeos de intención de voto se inclinaron por Boric, aunque sin una ventaja decisiva.

La campaña ha estado lastrada por la difusión de noticias falsas, rumores, verdades a medias y descalificaciones sin fundamento, impulsadas en las redes sociales sobre todo por la ultraderecha y sus aliados dentro y fuera de Chile.

Si hacía falta algún elemento más para enrarecer el clima, en las últimas horas ese sector político comenzó a propalar la versión de que el resultado podría definirse, no en las mesas de votación, sino en los tribunales electorales.

Sin mencionar la palabra fraude, se pone en práctica la misma maniobra aplicada por el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien antes de los comicios sembró en la mente de una parte de la población la idea de que el escrutinio no sería legítimo y habría que recurrir a la justicia.

“Es de manual lo que está haciendo la ultraderecha en Chile, ustedes lo ven: es exactamente lo mismo que Trump. Están empezando a cuestionar los eventuales resultados”, dijo Gabriel Boric en respuesta a las declaraciones de Kast y algunos de sus aliados.

También Andrés Tagle, el presidente del Servicio Electoral, Servel, salió al paso de la situación y dijo que ha habido demasiadas noticias falsas y que hablar de un eventual fraude es ignorar la legislación sobre el tema del escrutinio de los votos depositados en las urnas.

Además de los datos aportados por Servel la noche misma de los comicios, que solo tienen carácter informativo, al día siguiente se instalan los colegios escrutadores, que revisan de nuevo mesa por mesa y, finalmente, el Tribunal Electoral hace un tercer conteo y da el resultado definitivo.

La importancia de lo que está en juego este domingo hace que las miradas, dentro y fuera de Chile, estén centradas en cuál será el modelo de gobierno que emergerá para los próximos años, que tendrá indudablemente repercusión e influencia en nuestro continente.