Imagen / El Ciudadano
Por: Roberto Morejón
Poco después de un dramático llamado de las autoridades venezolanas a una intervención de los organismos competentes para frenar la violencia en Colombia, se reportaba en ese último país el asesinato de un adolescente dedicado al cuidado del medio ambiente.
El canciller venezolano, Félix Plasencia, acusó al presidente colombiano, Iván Duque, de no hacer nada para revertir la crisis humanitaria en Colombia.
Los hechos más recientes confirman la preocupación del Ministro venezolano, pues en Colombia se reportó el asesinato de Breiner David Cucuñame, de 14 años, el primer ecologista al que ultiman en 2022.
Breiner caminaba junto a su padre por una comarca en el departamento de Cauca cuando fueron interceptados por individuos no identificados, hasta darles muerte.
INDEPAZ, Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz , denunció paralelamente el asesinato de dos líderes sociales en los departamentos colombianos de Antioquia y Chocó.
No se trata de sucesos aislados, pues el Consejo Regional Indígena del Cauca cifra en 300 los miembros de comunidades nativas ultimados en los últimos tres años.
En Colombia es peligroso ser activista defensor de los derechos humanos o del entorno, cuestionar las imposiciones del Estado o abogar por el respeto de los pueblos originarios.
Según la Defensoría del Pueblo, el año pasado fueron exterminados en Colombia 145 activistas favorecedores de las prerrogativas ciudadanas.
Peor aún, la violencia alcanza a los extranjeros, pues de acuerdo con precisiones de la Organización no gubernamental Consultoría para los Derechos Humanos y el desplazamiento, casi 2 mil venezolanos que emigraron a Colombia perdieron la vida.
A propósito, el presidente Nicolás Maduro informó en octubre de 2021 sobre la intención de Caracas de demandar a Iván Duque ante la Corte Penal Internacional por el exterminio y persecución de migrantes venezolanos en Colombia.
La preocupación de las autoridades venezolanas se suma a la expresada por sectores de la población en Colombia, porque se unen las pesadas cargas del conflicto armado a la herencia del narcotráfico y el accionar de paramilitares y disidentes de grupos armados.
Pero el gobierno de Duque, respaldado por el ultraconservador Centro Democrático de Álvaro Uribe, mira hacia otro lado, obsesionado como está con asestarle un revés a la Revolución Bolivariana , mientras Colombia se desangra.