Denuncian responsabilidad de Repsol en derrame de petróleo
Por: María Josefina Arce
Cada día crecen los reclamos de que la multinacional española Repsol asuma su responsabilidad ante el derrame el pasado día 15 de seis mil barriles de petróleo en las costas del distrito de Ventanilla, provincia de El Callao, en el Perú, que hoy vive su peor desastre ecológico de los últimos tiempos.
El vertido se originó en la refinería La Pampilla, propiedad de la compañía petroquímica que desde un inicio ha tratado de eludir sus obligaciones. Repsol demoró muchas horas en notificar a las autoridades peruanas lo sucedido que por demás, achacó a un oleaje anómalo, consecuencia de la erupción de un volcán submarino en Tonga.
La empresa, que intenta culpar a la Marina por no dar un aviso de alerta, también mintió en un primer momento sobre la magnitud del derrame. La cifra dada en un inicio era irrisoria, unos siete galones, pero la realidad mostró la gravedad del hecho, que ha dejado sin sustento a pescadores y comerciantes de la zona por los graves daños al entorno.
En un último balance, el Ministerio peruano del Medio Ambiente apuntó que han sido afectadas en las franjas de playas más de 180 hectáreas y 713 de superficie en el mar.
Las declaraciones de la multinacional española han sido además, desmentidas por deportistas que participaban en una competencia de botes en el vecino Puerto del Callao, quienes afirmaron que a la hora del derrame no había un oleaje anómalo, y que escucharon fuertes ruidos, como explosiones.
La respuesta de la compañía tampoco ha sido la esperada ante un suceso de tal magnitud, que muchos señalan ha evidenciado el nivel de irresponsabilidad e incompetencia de Repsol.
No es la primera vez que las multinacionales provocan considerables daños a la salud humana y al medio ambiente en los lugares donde operan. Ampliamente conocido es el caso de Chevron-Texaco, culpable de un desastre humanitario y ambiental en la Amazonía ecuatoriana. Desde 1964 hasta 1992 operó en el país sudamericano la petrolera, que contaminó tierras y aguas.
Su irresponsable accionar ocasionó problemas de salud en los habitantes de la zona, quienes vieron incrementarse los índices de cáncer, los problemas reproductivos y los defectos de nacimiento.
Hace más de una década la explosión en el Golfo de México de una plataforma de la multinacional British Petroleum ocasionó el vertido de casi 800 millones de barriles de crudo, así como de gas y aceite, lo que provocó la muerte o lesión de miles de millones de animales.
Y más recientemente en 2019 en Brumadinho, en el estado brasileño de Minas Gerais, la rotura de un dique de contención de residuos tóxicos, perteneciente a la transnacional minera VALE, dejó decenas de muertos y cientos de desaparecidos, al tiempo que provocó la contaminación del área.
Lo cierto es que sobran los ejemplos del daño que ocasiona para el hombre y la biodiversidad el irresponsable accionar de las grandes compañías en el mundo, que se escudan en artimañas legales para asegurar sus beneficios y garantizar su impunidad ante violaciones de los derechos humanos.