Por: María Josefina Arce
El cáncer es la segunda causa de muerte en el mundo. Anualmente se contabilizan millones de casos y lamentablemente también millones de decesos a causa de la enfermedad. La OMS, Organización Mundial de la Salud, ha advertido que las cifras continuarán incrementándose en los próximos años.
En reiteradas ocasiones la OMS ha alertado sobre la tardanza y falta de acceso a diagnósticos y tratamientos en los países más pobres. Una situación que se agudizó con la llegada de la COVID 19.
De acuerdo con el organismo sanitario mundial, la pandemia interrumpió los tratamientos para el cáncer en más de 40% de las naciones, aunque estos pacientes corren un mayor riesgo frente a la enfermedad causada por el nuevo coronavirus.
En Cuba la atención a este problema de salud ha sido y es una prioridad de las autoridades. Por tanto, en estos tiempos de pandemia se mantuvo la asistencia a estas personas, aún cuando el enfrentamiento a la COVID 19 exigió la erogación de cuantiosos fondos y que muchos de estos profesionales se integraran a otras instituciones para apoyar el tratamiento a los contagiados.
El bloqueo norteamericano, recrudecido durante la emergencia sanitaria mundial, obstaculiza aún más la adquisición de medicamentos y tecnología necesarios. Sin embargo, la alta calificación de estos especialistas y su compromiso con el bienestar de sus pacientes ha hecho posible dar una respuesta adecuada.
La Mayor de las Antillas cuenta desde hace décadas con un Programa Nacional de Control de Cáncer, que tiene en la prevención uno de sus pilares y que contempla acciones educativas, el diagnóstico precoz, tratamiento y la atención personalizada al enfermo.
El país está organizado desde el nivel primario, con el médico y la enfermera de la comunidad, hasta el terciario, que abarca a los centros especializados, para brindar una atención temprana y efectiva, que ayuda a controlar la enfermedad.
Nuestros investigadores han hecho posible fármacos para mejorar la calidad de vida de estos enfermos. Se distinguen las vacunas terapéuticas CIMAVAX y VAXIRA para el cáncer de pulmón, fruto del trabajo del Centro de Inmunología Molecular, en La Habana.
Ambas ofrecen la posibilidad de convertir el cáncer avanzado en una enfermedad crónica controlable y extender el tiempo de vida de los afectados.
"Por un cuidado más justo" es el lema del Día Mundial contra el cáncer, que se celebra el 4 de febrero y al que Cuba se une cada año con diversas acciones para elevar la conciencia de la población y la auto responsabilidad y de ese modo contribuir a hacer de esto dolencia una enfermedad crónica.