México ratifica su derecho a disponer de sus reservas de litio

Por: Roberto Morejón

En medio del alza del precio del litio y de una carrera de las corporaciones por afincar extracción y entregas al mercado, México aseguró que la explotación del valioso recurso quedará en manos de nacionales.

Gobiernos y empresas a nivel mundial despliegan una contienda para controlar importantes yacimientos de un elemento esencial, demandado por fabricantes de autos eléctricos, celulares y computadoras.

El precio parece indetenible después de una baja en los pasados cinco años, y en consecuencia las compañías mineras se apresuran en ampliar la producción, espoleadas por la apelación al empleo de energías limpias.

Sitios especializados en Internet auguran que las mineras invertirán hasta 15 por ciento más de dinero en sus presupuestos, en la búsqueda de incógnitos filones.

La fiebre del litio toca a las puertas de México, aun sin tener reservas cuantiosas, aunque se consideran esenciales.

El presidente Andrés Manuel López Obrador volvió a llamar la atención sobre la necesidad de proteger los intereses de los mexicanos, por encima de los apremios del mercado y reglas desaforadas de oferta y demanda.

Por esa inclinación, la prensa hegemónica y sectores de derecha lo cuestionan, pero el Primer Mandatario envió al Congreso una iniciativa de reforma eléctrica, cuestionada en diversos ámbitos, a la que endosó rescatar el control en el aprovechamiento del litio.

El estadista habla de la creación de una empresa estatal a fin de que las partidas acopiadas no pasen a integrar inventarios de extranjeros.  

No se trata de un gesto aislado en América Latina, pues el presidente electo de Chile, Gabriel Boric, busca la preservación del recurso en su país, entre los principales productores y exportadores.

Por ese camino también transitan dirigentes de Bolivia y Argentina, naciones que junto a Chile conforman el denominado “triángulo del litio”.

Las corporaciones miran hacia las plazas referidas y, por supuesto, a Australia, por concentrar esta última 68 por ciento de las reservas de la Tierra.

En ese cuadro, la corrida contra el tiempo arrancó para alcanzar más utilidades a la explotación del litio a nivel mundial.

De esa tendencia desea López Obrador apartar a México, porque, en su criterio, debe evitarse que el país sea foco de turbulencias entre las potencias y empresas que pugnan por las mayores tajadas.